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William T. Vollmann, de Kabul a la zona prohibida de Fukushima

Ha publicado miles de páginas y ha asumido muchas veces gran riesgo personal, que le han llevado como corresponsal de guerra desde las montañas afganas hasta su último ensayo en la destrozada Fukushima: William T. Vollmann (Los Ángeles, 1959) es uno de los novelistas más brillantes y, a su manera, extraños de nuestro tiempo. Poco traducido al castellano, no ocurre lo mismo en francés. Su último trabajo es «Into the Forbidden Zone».

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Coralie FEBRE-AFP | LYON

«Soy viejo, gordito y no estoy en forma. Corro el riesgo de sufrir un ataque al corazón en cualquier momento, pero eso me permite ser libre de vivir como quiero y de escribir como quiera», declaraba ayer a la agencia France Press un tranquilo William Vollmann, en un descanso de las Conferencias Internacionales de la Novela en Lyon. Convencido desde su infancia de que quería ser escritor, el californiano decidió «multiplicar sus experiencias» y, con sus primeros ahorros, se pagó un viaje a Afganistán en 1982, con la idea de «ayudar» a los muyahidines en su lucha contra los rusos. De esta expedición «tonta e ingenua» surgió un primer libro de tono autoparódico; una costumbre, la de retratarse sin complacencia alguna, que ha mantenido en los reportajes que ha realizado, desde el sudeste asiático hasta Somalia pasando por Bosnia, Irak y Yemen.

Reclutado como confidente a mediados de los años 90 «cuando no conocía a nadie», escribió de noche su primera novela, «You Bright and Risen Angels» (1987), una «guerra alegórica» entre los insectos y mundo moderno que sedujo a la crítica. Le siguieron una veintena de obras, siete de ellas novelas, tres colecciones de cuentos y la monumental crítica a la violencia en siete volúmenes «Rising Up and Rising Down». Su novela «Europa Central» (Mondadori, 2007) obtuvo el prestigioso National Book Award en 2005. «Europa Central» está ambientada en los años previos, durante y luego de la Segunda Guerra Mundial. Estructurada como una larguísima sinfonía, con una magnífica sonata inicial y una serie de variaciones que recorren los escenarios de una Europa que se abocaba al abismo, Vollmann utiliza personajes reales para reconstruir una época en la que no faltaban los criminales, los santos y los verdugos. Su siguiente trabajo fue «Los pobres» (Mondadori, 2011), un estudio de campo que partía de una pregunta: «¿Por qué eres pobre?». Vollmann se la formuló a distintas personas a las que conoció recorriendo pueblos y ciudades.

Empatía con el sufrimiento

Muy prolífico, Vollmann ha escrito para medios como «New Yorker», «Playboy», «Esquire» y «Spin Magazine», internándose en zonas de conflicto en donde no duda en intervenir, «secuestrando» a una joven en un burdel en Tailandia para enviarla a la escuela. «Resulta fácil ver sufrir a la gente, describir su sufrimiento y ganar algo de dinero. Trato de hacerlo mejor, aunque no sea gran cosa y no muy a menudo», afirma ¿El peligro? Lo mira con desapego, asegurando que «es más fácil cuando se han superado los cincuenta años» y que «la ausencia de la toma de riesgos no ha hecho inmortal a nadie».

Reivindica una cuestión: la «empatía», especialmente evidente en «Into the Forbidden Zone: A Trip Through Hell and High Water in Post-Earthquake Japan» , su más reciente ensayo, realizado a raíz del tsunami en 2012 y publicado en francés en la editorial Tristram. «Me quedé pasmado. Esto sería inimaginable en Estados Unidos, por la forma en la que la gente quería, por encima de todo, volver a levantar su comunidad y pensaba en sus vecinos, pescadores o agricultores, sin criticar al Estado ni a la empresa responsable de su desgracia. Es una actitud muy noble, pero me da miedo de que vuelvan a convertirse en víctimas en el futuro», añade, asegurando que nunca ha cesado, en treinta años de «vagabundeo», de sentirse «sorprendido por la naturaleza humana y el alcance de su sufrimiento».

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