No hubo sorpresas. El juicio contra Florian y Rafael, los dos jóvenes alemanes acusados de, supuestamente, volcar y quemar un contenedor durante los incidentes por el desalojo de Kukutza, transcurrió por los cauces esperados, con la Fiscalía pidiendo 3 años y medio de prisión y la defensa abogando por la libre absolución de ambos.

Entre medias, una batería de pruebas en las que, según Carlos Alonso, letrado defensor, «ha quedado absolutamente probado que los acusados no tuvieron nada que ver con un incidente que ni siquiera sabemos si ocurrió».

La Fiscalía utilizó las declaraciones de dos agentes de la Ertzaintza como prueba incriminatoria principal, en la que ambos agentes aseguraban haber visto a los jóvenes alemanes volcando y prendiendo un contenedor en la calle Gordoniz, por lo que mantuvo su petición de tres años y medio para los acusados, dos por desórdenes y año y medio por daños.

Alonso, sin embargo, aseguró que esas declaraciones «han quedado desmontadas con datos» ya que «se ha demostrado que no hubo ninguna llamada a los bomberos a las 6.15 PM, que es cuando, supuestamente, Florian y Rafael quemaron el container».

No fue la única incongruencia, ya que los agentes citados por la acusación pública «tuvieron contradicciones en su declaración, ya que uno de ellos aseguró que siguieron a los sospechosos durante cuatro horas, mientras el otro afirmaba que fue media hora».

Además, varios amigos de los encausados afirmaron que ambos estuvieron en Bakio hasta las nueve de la noche, cuando se acercaron a Errekalde, siendo detenidos sobre las diez de la noche. «Se ha demostrado que los acusados no estaban en Errekalde a las 6.15 PM, y se ha demostrado que a esa hora ningún container fue incendiado en la calle Gordoniz» concluyó Carlos Alonso, por lo que «ha quedado absolutamente probado que ambos jóvenes son inocentes».

Muestras de solidaridad

Los dos encausados no estuvieron solos en los momentos previos al juicio, ya que unas cincuenta personas los acompañaron desde el ayuntamiento a los juzgados en una pequeña kalejira.

Al término la vista ambos se mostraron «ligeramente optimistas» sobre su caso, al considerar que «ha quedado demostrado que no volcamos ni quemamos ningún container, y que somos absolutamente inocentes», aunque ambos mantienen sus reservas porque «con esta justicia nunca se sabe».