LAB denuncia la pasividad de las instituciones hacia las enfermedades laborales
Dos trabajadores de Guardian Llodio que sufren asbestosis a causa del contacto con el amianto han recibido una sentencia que no reconoce su dolencia como enfermedad profesional, por lo que la central denunció la falta de compromiso de las instituciones públicas.
GARA | GASTEIZ
José Luis Landeta y Luis Miguel Castañiza, trabajadores de Guardian Llodio durante más de 25 años, comparecieron ayer ante los medios de comunicación junto a representantes de LAB para denunciar la actitud de las instituciones públicas hacia la asbestosis que ambos sufren por haber estado expuestos al amianto. Recientemente, Landeta y Castañiza han recibido una sentencia que no reconoce dicha dolencia como enfermedad laboral argumentando que «no es competente» para ello.
«Estas sentencias nos demuestran que nadie se quiere hacer cargo de las patologías de estos dos trabajadores», afirmaron los representantes de LAB. Después de que la Seguridad Social no reconociera el carácter laboral de esta dolencia, Landeta y Castañiza recurrieron a los tribunales para que la declarara enfermedad profesional sin indemnización. Sin embargo, la sentencia sí reconoce que las placas pleurales que presentan los demandantes derivan de su exposición a fibras de amianto en los tiempos que prestaron servicios a Guardian LLodio.
Este último punto hace que el caso sea más grave -según LAB- ya que hace aún más significativo «el escaso o nulo compromiso asumido por las instituciones públicas en favor de los miles de trabajadores afectados por el uso del amianto». Además de la falta de reconocimiento de la enfermedad, añadieron que las personas que sufren de enfermedades originadas por la actividad laboral tienen que hacer frente a la «desatención» y a la «falta de seguimiento».
Fondo de compensación
En este contexto, consideraron especialmente grave que se hable de fondos de compensación cuando «en la práctica nadie se hace cargo de la realidad». Agregaron que mientras «se les llena la boca hablando del amianto» apenas se dan pasos de cara a poner una solución.
«Las mutuas, como siempre, niegan el origen laboral de todas las patologías. Osakidetza mira hacia el otro lado. El Instituto estatal de Seguridad Social defiende tesis patronales. Y los juzgados se lavan las manos», señalaron. Recalcaron, no obstante, que lo que queda en medio de toda esta situación «son vidas humanas que se sienten como un balón de fútbol» mientras se hacen declaraciones públicas sobre la necesidad de un fondo de compensación para el amianto.
Respecto a la ponencia parlamentaria creada para estudiar la creación de un fondo de compensación, LAB se reafirmó en la actitud mostrada en la misma e incidió en que la medida es necesaria, «pero tomada de forma aislada no sirve de nada», matizó.
Es decir, defendió la necesidad de reconocer la enfermedad como profesional, dado que de lo contrario los afectados no podrán beneficiarse del fondo de compensación.
Así las cosas, los representantes sindicales hicieron un llamamiento a dejar de lado «los brindis al sol» y abordar la problemática en su totalidad reconociendo el problema del amianto y de todas las enfermedades profesionales.
Para ello hicieron una serie de reclamaciones. En primer lugar, pidieron que se considere el amianto no como un problema de salud laboral, sino como un problema de saluda pública. Asimismo, plantearon que se establezca la relación entre la importación de amianto y las enfermedades derivadas del mismo.
Exigieron a las instituciones públicas y de la salud que actúen con responsabilidad, para lo que consideraron esencial la creación de programas de vigilancia de la salud.
De cara a poner una solución al problema del amianto y regularizar la situación, abogaron crear un registro de enfermedades derivadas del amianto con criterios epidemológicas, con la participación de Osalan y Osakidetza y que se controle el amianto instalado. Finalmente pidieron que se cree un registro para declarar las enfermedades derivadas del amianto sin tener que recurrir a los juzgados.
LAB consideró necesaria la creación de un fondo de compensación a las víctimas del amianto, si bien destacó que para ello es imprescindible dar un primer paso reconociendo estas dolencias como profesionales.
Reclamaron que las enfermedades derivadas del amianto sean tenidas en cuenta en las agendas políticas «para que la clase trabajadora no siga perdiendo la salud y la vida en los puestos de trabajo».