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El PNV impulsa «Gipuzkoa Garbia» en su apuesta política por incinerar

A pesar de ser la apuesta política reconocida del PNV, apenas una sola referencia directa a la incineración. En su campaña de desgaste de los nuevos modos de gobernar de la izquierda soberanista, en una primera fase los jelkides fijan su discurso en oponerse al sistema de recogida puerta a puerta (PaP). Este será el banderín de enganche de «Gipuzkoa Garbia», que presentan como una iniciativa popular.

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Agustín GOIKOETXEA | DONOSTIA

Tres semanas después de que la portavoz del Gipuzko Buru Batzar, María Eugenia Arrizabalaga, afirmarse que el nuevo modo de afrontar la gestión de las basuras por parte de Bildu estaba generando «una reacción ciudadana desconocida hasta el momento», el PNV presentó ayer una herramienta para articular su oposición a la reformulación del modo de afrontar el tratamiento de los residuos por parte de la mayoría de los consistorios guipuzcoanos y de la Diputación.

El nombre de la iniciativa es «Gipuzkoa Garbia» y la impulsan concejales y junteros con el fin de articular un movimiento que defiende en última instancia la incineración, pero que ahora esconde esa apuesta detrás de su rechazo al puerta a puerta (PaP). En el anterior encuentro, los jeltzales recalcaron que tenían una propuesta clara, «que es la misma que se aplica en los países más avanzados económica, social y medio ambientalmente: reciclar lo máximo posible y aprovechar la fracción resto para generar energía vía incineración», como hacen en Bizkaia.

Ese mismo espíritu se desprendía del artículo publicado el pasado lunes por Arrizabalaga para defender su apuesta por convertir la basura en un recurso energético, hablando eufemísticamente de «planta de valorización energética». Esas reflexiones, aunque conocidas, quedan desplazadas en el actual cronograma de campaña diseñado por el PNV, que quiere convertir el sistema de recogida de los residuos en el primer elemento para conformar un supuesto movimiento ciudadano en contra de los cambios.

El PNV defiende la creación de «Gipuzkoa Garbia» al estimar que la izquierda abertzale -aquella formación que no tuvo la ocasión de participar en el debate institucional sobre el PIGRUG por el apartheid político- trata de «imponer» el puerta a puerta como sistema de recogida de la basura, «sin dar la palabra a la ciudadanía». En la rueda de prensa ofrecida ayer en Donostia, el edil de Zarautz Imanol Lasa dijo que la sociedad guipuzcoana ya ha demostrado «ser lo suficientemente madura» y saber gestionar correctamente sus residuos «sin necesidad de establecer sistemas de recogida selectiva basados en la imposición».

Rechazo al PaP como excusa

Entre los compromisos de la plataforma jeltzale, su homóloga de Pasaia Nahikari Otermin subrayó su rechazo al PaP y su apuesta por el sistema de contenedores «como la mejor forma de avanzar en un sistema de recogida selectiva basada en el reciclaje sostenible». Uno de los ámbitos en los que quiere profundizar es en el de la implantación de depósitos con tarjeta, como la experiencia desarrollada en Lazkao, que alabaron.

Insistieron en ese sistema, al recordar que en los últimos años se ha efectuado «una importante inversión en logística, transporte y recogida, demostrando que este sistema funciona, es el más limpio y cuenta con la aceptación de la mayoría de la ciudadanía». En su pretensión de establecer una dicotomía entre limpio y sucio, la corporativa pasaitarra manifestó que su partido, mejor dicho la plataforma que han creado, rechaza que el reciclaje en Gipuzkoa se desarrolle «mediante sistemas sucios, caducos y basados en la imposición como el PaP, que han demostrado ser más caros y que inutilizarían la inversión realizada hasta ahora en contenedores».

Mal comenzó la andadura de «Gipuzkoa Garbia», pues si es declarada su vinculación con el PNV, sus principios chocan con su modo de proceder. Los jelkides aseguraron que trabajarán con el «máximo rigor y transparencia en la información a la ciudadanía. Debemos poner freno -remarcaron- a la mentira y demagogia existentes en torno a los diferentes sistemas para el tratamiento de nuestras basuras, con datos y normativas contrastables y veraces». De ahí que sorprenda que en sus acciones para una gestión integral de los residuos citen la prevención, el reciclaje, el compostaje y reutilización, pero desdibujen su defensa de la incineración disfrazada de valorización energética, diciendo que es el último paso para aquellas materias que no se pueden reciclar, como si su quema no generase escorias y cenizas que hay de verter.

La maniobra de marketing político queda aún más al descubierto al precisar que seguirán «el modelo de los países más avanzados en gestión de residuos (norte de Europa), que son los que más reciclan, así como garantizar el cumplimiento de las directivas europeas para conseguir una correcta gestión de nuestros residuos». De nuevo reflexiones cercenadas, pues cuatro jornadas antes, la portavoz del GBB añadía en un artículo de prensa que esos estados referenciales para los jelkides son «los que más reciclan e incineran, y los que menos vierten en vertederos».

Intereses económicos

María Eugenia Arrizabalaga utilizaba entonces argumentos en su defensa de la basura como combustible de la incineración, puntualizando que ese energía es considerada «renovable». La zumaiarra añadía en su argumentario que al dejar a un lado la mayoría de los ayuntamientos, mancomunidades y la Diputación el proyecto de incineradora de Zubieta, «Gipuzkoa va a dejar de recibir en los próximos años más de 60 millones de euros de primas energéticas por generación de energía renovable. El despropósito -apostillaba la también parlamentaria en la Cámara de Gasteiz- no es solo ambiental, sino también económico».

De ahí que cause cierto rubor, conociendo los planteamientos del partido que lidera Joseba Egibar, que ayer se dijera que apuestan «por la transparencia, la información, la sensibilización medioambiental y el diálogo con la ciudadanía para abordar los problemas de gestión pública». Lasa incidió en la presentación de «Gipuzkoa Garbia» que rechazan « la consideración de la minoría de edad de la ciudadanía y la instrumentalización política de esta cuestión».

Tampoco faltó en el manifiesto la referencia a dónde reside la competencia a la hora de planificar el sistema de gestión de los residuos, que sitúan en las Juntas Generales, donde una alianza con PSE y PP les permitiría frenar lo que la mayoría de los ayuntamientos y mancomunidades plantean.

El pasado lunes, la mayoría de los alcaldes guipuzcoanos reunidos en el Palacio Miramar dejaron claro que se negarían, en caso de que se construyese, a «alimentar» de uno u otro modo una incineradora que estiman perjudicial para la salud, el medio ambiente y las arcas públicas. «Ni un euro irá a parar a las chimeneas de productos tóxicos», subrayaron.

Desde el PNV ayer exigieron, además, el cierre «inmediato» de los vertederos de Lapatx, Urteta y Sasieta, «al ser estos la solución menos sostenible desde el punto de vista ambiental, social y económico». Obviaron que el nuevo programa de gestión impulsada por Bildu al frente de la Diputación contempla que estos depósitos -ubicados en Azpeitia, Zarautz y Beasain- estarán cerrados para el 31 de diciembre de 2014. Hasta ahora ningún documento oficial establecía fecha de cierre.

«Gipuzkoa Garbia» rechaza la construcción de nuevos vertederos -salvo el que requería la incineradora de Zubieta- «porque no respetan el medio ambiente» y apuesta -en la única referencia en todo el documento- «por la valorización energética mediante la incineración de aquellos residuos que no se pueden reciclar».

GHK insiste en que es el único responsable del tratamiento

El Consorcio de Residuos de Gipuzkoa (GHK) subrayó ayer que este organismo es «el único que tiene la responsabilidad» del tratamiento de las basuras y será «el que decida» las infraestructuras «a impulsar y financiar», dado que las Juntas Generales «no tienen ninguna competencia». Así lo aseguró la vicepresidenta de GHK, Ainhoa Intxaurrandieta, quien ofreció una rueda de prensa para terciar en la polémica surgida en torno a la institución competente para sacar adelante el nuevo desarrollo del plan de gestión de residuos elaborado por la Diputación.

Intxaurrandieta, junto a las presidentas de las mancomunidades de Urola Erdia, Urola Kosta, Tolosaldea y Debagoiena, criticó a PNV y PSE por poner en cuestión este asunto, ya que, según recalcó, la nueva planificación es «una actualización» y «estrategia de desarrollo» de la anterior, «y para esa actualización» este organismo «tiene la competencia». «Decimos a algunos partidos de las Juntas Generales que no son nadie para decir a los municipios qué infraestructura hay que financiar», declaró.

La vicepresidenta acusó a ambas formaciones políticas de «aprovechar» la presentación de la nueva estrategia para «azuzar» una polémica competencial e «intentar confundir a los ciudadanos». «GHK es la única institución que adjudica los contratos de las infraestructuras, la única que los firma y los paga», remarcó Intxaurrandieta, quien recordó que en la anterior legislatura fue ese mismo organismo, bajo la presidencia del diputado foral de Medio Ambiente, Carlos Ormazabal (PNV), y la vicepresidencia de Denis Itxaso (PSE), el que «aprobó la adjudicación de la incineradora» y «decidió cómo debía ser la financiación».

A su juicio, el problema reside en que estos partidos «continúan sin poder asumir la voluntad expresada en las urnas», en las elecciones de año pasado, ni los cambios acarreados en la representación política de los distintos organismos públicos.

Ainhoa Intxaurrandieta, quien sustituyó recientemente a José María Ribadeneyra en la vicepresidencia del Consorcio de Residuos, que preside el diputado foral de Medio Ambiente Juan Carlos Alduntzin, anunció que GHK ha cursado invitaciones a todos los grupos junteros para reunirse y «aclarar el tema de una vez por todas», las cuales ya han sido aceptadas, según precisó en su comparecencia pública de ayer, por PNV, Aralar y Bildu, con cuyos representantes celebrarán encuentros la próxima semana.

Herramienta valida

La vicepresidenta del Consorcio de Residuos (GHK) dijo que el puerta a puerta (PaP) es hasta el momento «la herramienta válida» para alcanzar el objetivo de una tasa de reciclaje del 60% al 80%, si bien matizó que cada consistorio es competente para decidir cómo lo consigue.

En Zarautz

En Zarautz se pondrá en marcha en otoño una experiencia piloto de un nuevo sistema de recogida selectiva que busca lograr un porcentaje de materia recuperada igual o superior al PaP aprovechando los contenedores convencionales.

aralar

Con la elaboración del nuevo plan foral, Aralar da «por terminado el intenso debate desarrollado durante los últimos años sobre el tratamiento de los residuos urbanos y la polémica sobre la imposición por parte de algunos de la incineradora».

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