La bolsa tampoco se pudo desentender ayer de los rumores que hablan de una situación peor de la señalada para el Estado español, tanto desde el lado de los bancos como desde la macroeconomía. Los nubarrones no paran de engordar en estas últimas semanas. Para empezar, crecen las dudas sobre el cumplimiento del déficit, lo que llevaría al Gobierno Rajoy, otra vez, a hacer lo contrario de lo que promete. Es decir, elevará los impuestos y hará más recortes. Además, la prima de riesgo se mantuvo ayer disparada por encima de los 500 puntos. La agencia Fitch, tras rebajar la nota a los bancos, insistía en el no cumplimiento de los objetivos de déficit, en un entorno de acelerada caída de los ingresos. Además, el sector bancario, que deberá exponer sus necesidades de capital este mes, no da ninguna confianza en el exterior. Por otro lado, se producen declaraciones de apoyo al Gobierno Rajoy por pedir el rescate, aunque se hace cada vez más hincapié desde Europa en la obligación de más ajustes sociales y en la llamada condicionalidad macroeconómica para hacerse merecedor del apoyo. En este difícil contexto, el Ibex subió un 0,09%, hasta los 6.522,50 puntos. Las alzas de París (+0,14%), Fráncfort (+0,33%) y Londres (+0,76%) fueron superiores. En el Ibex, destacaron las ganancias de Telefónica (+1,64%) e Iberdrola (+0,90%), frente a las cesiones de Santander (-0,39%) y BBVA (-0,16%). Bankinter y OHL, que cayeron más de un 4%, fueron los peores. En París, Peugeot (-3,37%) y Crédit Agricole (-2,80%) encabezaron los descensos, frente a Lafarge (+2,07%), el mejor de la sesión.

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