Arturo, F. Rodríguez | Artista
J.F.L.
La artista de origen imaginario y trayectoria ficticia J.F.L. decidió en un momento dado de su carrera empezar a escribir un relato con el título de sus obras. El carácter multidisciplinar de sus trabajos facilitó la posibilidad de «titular» diferentes esculturas, escritos, acciones e instalaciones, de modo que su producción fuera componiendo dicho relato.
Al poner en práctica este proceso, J.F.L. volcó todo su esfuerzo en dar sentido al conjunto de su obra haciendo además que el trabajo se explicara a sí mismo. Se trataba de ir conformando un texto, más o menos extenso, más o menos expresivo, algo así como una «declaración» de principios inscrita en la concatenación de los títulos de sus diferentes obras.
Al poner en marcha este proyecto, la autora abordaba abiertamente sus propias contradicciones: autoría; pensamiento y acción; archivo y narrativa, etc. y las convertía así en objeto de su investigación. Con esta opción aparentemente ingeniosa cuestionaba en primer lugar toda labor de mediación, pues no haría falta «traducción» alguna de su trabajo ya que cristalizaba de forma tautológica, quedando blindado ante cualquier tipo de interpretación. En segundo lugar, apostaba por un método, por un sistema de trabajo, por una búsqueda que iba mucho más allá de cuestiones formales o de estilo y que ignoraba las cuestiones de mercado.
Pero cuando los comisarios de Documenta XIV llegaron a su estudio y descifraron la declaración inscrita en los títulos de las obras realizadas por J.F.L. durante los últimos diez años no les gustó y se marcharon dándole las gracias. Al poco tiempo la autora acabó el proyecto con una obra a la que tituló «Fin».