propuesta para prohibir las reivindicaciones en el deporte
Ni el PP apoya su propia propuesta de perseguir los silbidos al himno
La propuesta de las Cortes del País Valencià para castigar la «politización del deporte» fue rechazada en el Congreso español. En un debate rocambolesco, el PP terminó votando en contra de una propuesta lanzada por un territorio que gobiernan su propio partido. Previamente intentó que se retirase, pero el reglamento ya no lo permitía.
Alberto PRADILLA | MADRID
El PP terminó votando en contra de su propia propuesta de perseguir los silbidos al himno español y lo que denomina «politización del deporte» tras una rocambolesca sesión en la que intentó retirar la iniciativa cuando ya era tarde para hacerlo. Finalmente, la proposición, aprobada en 2006 en las Cortes del País Valencià, dirigida hacia Madrid un año después y rescatada hace escasas semanas, tras el abucheo de la final de Copa, no pasó el trámite de la Cámara tras recibir 322 votos en contra y una abstención.
«Es un debate extemporáneo». Alfonso Alonso, portavoz del PP en el Congreso español, se refería en estos términos a la iniciativa a primera hora de la mañana. En ese momento, Alonso reconocía que se había solicitado a David Serra, diputado valenciano que acudió para defender la propuesta, que retirase su iniciativa. Y eso, que ambos forman parte del mismo partido. En medio de la confusión, no quedó claro si no se echó atrás la proposición porque ya estaba en el orden del día, porque necesitaba el mandato de las Cortes o porque el representante valenciano optó por forzar la discusión. Finalmente, el debate se celebró.
Tras tomar la palabra, Serra seguía sin replegarse. Y no lo hizo hasta que su propia correligionaria en el Congreso, Miriam Blasco, le planteó la retirada desde la tribuna. Entonces, el diputado volvió a hablar para aceptar el consejo. Pero ya era tarde. El jefe de la Mesa del Congreso, Jesús Posada, le indicó que el reglamento no lo permitía. Así que se votó, con el PP rechazando su propia iniciativa.
El despropósito quedó patente antes, durante y después del debate. Tal y como señalaron varios de los grupos intervinientes, la propuesta de las Cortes del País Valencià entraba a valorar artículos de una ley de 1996 que ya había sido derogada por la normativa de 2007. Por lo tanto, se atacaban puntos que ni siquiera existen dentro del actual ordenamiento jurídico. Quizás la novedad es que el PP valenciano quería dar un paso más en la persecución y castigar, por ejemplo, a quien exhibiese un mapa de Euskal Herria o de los Països Catalans en un estadio de fútbol.
Sin definición de «ultraje»
David Serra, imputado por la financiación ilegal del PP en el País Valencià, aseguró que su iniciativa no tenía «nada que ver» con la monumental pitada al himno español durante la final de la Copa. Por el contrario, lo vinculó a la exhibición de pancartas con el mapa de los Països Catalans durante un partido entre Barça y Osasuna celebrado en 2005. «Es una agresión a la sensibilidad del pueblo valenciano», afirmó. Su iniciativa pretendía prohibir los «actos de carácter político» durante la celebración de encuentros deportivos, especialmente los de «ultrajes a España o sus comunidades autónomas». Luego no fue capaz de determinar a qué se refería con «ultrajes», e insistió en ubicarlos como aquello que no quepa en la definición constitucional del Estado.
El PP se excusó en tecnicismos para pedir la retirada, asegurando que incluiría estas consideraciones en una futura ley del deporte. Sin embargo, no abdicó de sus principios censores. En un contradictorio discurso, Miriam Blasco, exjudoka, llegó a decir, en la misma frase, que estaba en contra de la politización del deporte, al tiempo que hacía una exaltación rojigualda de la victoria de Nadal.
«Queremos un juicio a Bankia, pero en lugar de esto, nos traen pelotitas y pancartitas». Alfred Bosch, portavoz de ERC, lanzó un duro discurso contra el intento censor promovido por el PP valenciano. Durante su alocución, mostró una estelada, asegurando que el verdadero motivo de la iniciativa es que «les molesta que se exhiban banderas como esta». Finalmente, el diputado independentista fue amonestado por el presidente de la Cámara, Jesús Posada, que le instó a retirar la enseña.
Por su parte, el diputado de Amaiur, Xabier Mikel Errekondo, calificó la propuesta como «aberración» contra la libertad de expresión y recordó que otras naciones sin Estado como Escocia ya están compitiendo en torneos internacionales, por lo que mostró su esperanza de que las selecciones vascas alcancen la oficialidad.
También el resto de grupos cargó contra la iniciativa, a la que se calificó de «cortina de humo» y con apelaciones a la libertad de expresión. Únicamente Rosa Díez se salió del guión con un discurso radicalmente españolista y, como es habitual, centrado en Euskal Herria.