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Andy Schleck

Los ricos también lloran

La renuncia de Andy Schleck al Tour por una lesión pone la guinda al annus horribilis de RadioShack.

Amaia U. LASAGABASTER

«Creo que este equipo dominará el ciclismo en los próximos años», aseguraba Johan Bruyneel el pasado mes de septiembre, al hacerse oficial la fusión de RadioShack y Leopard. Podía sonar a bravuconada, pero era evidente que la nueva escuadra estaba llamada a comandar la elite del ciclismo mundial, junto a los igualmente unificados Omega Pharma y Quick Step y otros dos equipos, BMC y Sky que, talonario en mano, aprovecharon la desaparición de HTC y Cervelo para reforzar sus ya potentísimas plantillas.

Pero resultaba igualmente obvio que esos augurios podían tropezar con dos obstáculos, el exceso de gallos compartiendo corral y la imprevisibilidad del deporte, que no siempre equipara dólares y éxitos. Y que es lo que ha acabado pasando en el primer año de vida del RadioShack Nissan Trek, un annus horribilis en toda regla, con muchos problemas internos y escasos resultados en la carretera. Apenas tres victorias -las de Cancellara en la Strade Bianche y la Tirreno Adriático y la de Fuglsang en el Tour de Luxemburgo- que, junto a AG2R y Saxo Bank, otro rico que también llora aunque los motivos sean diferentes, le sitúan en la cola de los equipos del World Tour. Aunque las comparaciones sean odiosas, puede consolarse con las siete de otro millonario, BMC, pero desde luego no con los 30 de Omega Pharma o las 28 de Sky, que sí han hecho buenos los pronósticos.

Pero siempre queda el Tour, capaz de eclipsar por completo el resto del calendario. La esperanza a la que se aferraban Bruyneel y sus hombres, pese a que los más de cien kilómetros contrarreloj de esta próxima edición restaran muchísimas posibilidades a su gran baza Andy Schleck.

El problema es que incluso esa opción ha volado. El luxemburgués sufre una fractura en el sacro, consecuencia de la dura caída que sufrió la semana pasada en el Criterium de Dauphiné, que le obligará a permanecer tres semanas en reposo antes de comenzar con el trabajo de recuperación, para la que no hay plazos concretos, y que, por lo tanto, le impedirá participar en el Tour. «Es la lesión más grave que he tenido hasta el momento y la decepción más grande de mi carrera», confesó el pequeño de los Schleck, al que se le vino «el mundo encima» cuando las pruebas a las que se sometió tras su retirada de la Dauphiné confirmaron la lesión. El médico del ciclista Charles Delagardelle explicó que ésta «no afecta a la estabilidad» sobre la bicicleta, pero sí provoca tanto dolor «que impediría andar a una persona normal».

Fue precisamente lo que obligó al corredor de RadioShack a echar pie a tierra en la penúltima etapa de la Dauphiné. «Me dolía la pierna derecha y la parte baja de la espalda. Nunca había sufrido tanto en una carrera. No podía pedalear con la pierna derecha», confesó entonces, cuando también lamentó «la mala suerte que me persigue en los últimos meses». Y es que esta lesión no es sino la guinda a la pésima temporada de Schleck, que ha llegado a junio con apenas 25 días de comepetición y resultados discretísimos. No pierde, con todo, la esperanza y confía en recuperarse «lo suficientemente rápido» para disputar los Juegos de Londres y, sobre todo, las últimas grandes pruebas del calendario, la Vuelta -cuyos organizadores deben estar frotándose las manos con el inesperado duelo que pueden protagonizar Andy Schleck y Alberto Contador- y el Campeonato del Mundo.

La casa de los líos

Lo cierto es que el Tour pierde un candidato y RadioShack a su líder. Habrá que ver si Frank Schleck toma el relevo de su hermano en ese papel o si el equipo apuesta por las victorias parciales, para lo que cuenta con corredores de garantías.

Un problema más en la casa de los líos en la que parece haberse convertido la escuadra, en la que está resultando complicado concordar la dirección de Johan Bruyneel y las costumbres de los Schleck, habituados a liderar sus proyectos a su antojo. No han faltado los motivos de fricción, como la decisión del excorredor flamenco de diversificar la temporada de los dos hermanos -apenas han coincidido en la carretera desde que arrancó la campaña-, la inclusión a última hora de Frank en el nueve del Giro, el abandono de éste, el anuncio de que Kim Anderson, eterno apoyo de los luxemburgueses, no viajará al Tour... Las declaraciones un tanto altisonantes por uno y otro lado también han ido in crescendo en los últimos tiempos.

Aunque el de los Schleck no es el único foco que tiene encendido Bruyneel. Chris Horner también se apunta al mal rollo, después de que el equipo no le incluyera en la preselección de corredores para el Tour por los supuestos problemas de espalda del norteamericano, que se ha reconocido muy molesto. «Estoy destrozado por no ir. Mi espalda está bien. Tengo molestias desde 2006, pero aparecen y desaparecen, no es una lesión», explicó a Velonews Horner, que también aseguró que «nadie me ha llamado. No tengo comunicación con el equipo».

En el mismo medio, Bruyneel aseguró que el corredor estaba advertido de que no iría al Tour si no corría en Suiza. «Después de California, me pidió unos días para recuperarse de unas molestias en la espalda. Bien, pero cuando le pedí que corriese la Vuelta a Suiza, me dijo que no. Por eso no correrá el Tour. Es arriesgado seleccionar a alguien que sale de una lesión sin haber competido antes», explicó el director, que también recordó que «este año hay mucha más competencia que el anterior».

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