El Ibex salvó una jornada plena de dificultades con otra subida. Ni el récord en la rentabilidad del bono a diez años, a un paso ya del temido 7%; ni la prima de riesgo, otra vez hacia arriba y por encima de los 500 puntos, fueron un obstáculo insalvable para las compras. Y por si fuera poco, prosiguen los malos augurios para el futuro de la economía española lanzados desde el exterior y la lluvia de recomendaciones para llevar adelante al sistema financiero. La última, desde Bruselas, pedía la quiebra de las entidades problemáticas que no supongan riesgo sistémico. Frente a este feo contexto, los inversores se agarraron a las presumidas buenas condiciones del rescate. Se especula con un interés del 3% y una carencia de 5 años, además de un plazo de 15 años para su devolución. Así las cosas, el Ibex pudo aguantar la presión hasta el cierre. Se anotó un avance del 1,42%, hasta los 6.615,30 puntos. En el resto de Europa sólo Londres (+0,18%) acabó en verde, ya que Fráncfort (-0,14%) y París (-0,55%) parecen temer más el desenlace electoral en Grecia. En el Ibex, despuntó el salto de Inditex (+11,57%), catapultado por haber ganado un 30% más en el trimestre. Este empujón le dejó en el primer puesto del Ibex por capitalización bursátil. Por detrás, a distancia, terminó Grifols (+3,97%). Los dos grandes bancos subieron más de un 1%. Indra, Gamesa y FCC, que cedieron más de un 3,60%, lideraron las pérdidas. En París, los peores resultados fueron de Schneider (-5,10%), Alstom (-4,96%) y Renault (-4,16%), al tiempo que Crédit Agricole (+3,49%) firmó el mejor balance.