El dedocrático (la mayoría de ellos ha sido nombrado a dedo con la excepción de los representantes de los clientes y de los trabajadores) Consejo General de Caja de Ahorros de Navarra, en reunión celebrada el 28 de junio, ha aprobado una declaración en la que defiende la «correcta gestión» de la «entidad» (Banca Cívica o Caja Navarra), en el proceso de «fusión» (canje/compra de sus acciones de Banca Cívica por parte de CaixaBank), que ha culminado con la integración de la entidad navarra (la CAN no se ha integrado en ningún sitio y se mantiene como propietaria del 1% de las acciones de CaixaBank como de la Obra Social de dicha entidad) en la que se ha convertido en la primera entidad financiera de España por volumen de activos (¡que éxito de gestión por parte de Enrique Goñi y sus amiguetes del Consejo de la CAN, que con alguna honrosa excepción se han cargado una entidad que 8 años atrás estaba en cabeza del ranking de entidades financieras¡).

En la mencionada declaración se indica que se han puesto por delante los intereses de los accionistas (el valor de las acciones de Banca Cívica se ha reducido en un 60%), clientes (lo que los clientes quieren es una buena atención con personal suficiente y buenas condiciones) y trabajadores (que a día de hoy están inmersos en un ERE firmado por CCOO, UGT y SEA por el que la mayoría de los empleados de los servicios centrales han recibido la «oferta» de una baja indemnizada o la invitación a ir a trabajar a Barcelona. Y otro tanto está ocurriendo con trabajadores de oficinas).

En el párrafo siguiente el consejo agradece expresamente el «esfuerzo» realizado por todos los integrantes de CAN, y muy «especialmente» a los trabajadores de la entidad. Como premio a dicho esfuerzo, algunos trabajadores reciben la oferta de irse a sus casas y si te he visto no me acuerdo.

Los que han apoyado esta declaración no han tenido la posibilidad de oír la información de lo que está pasando en «su» empresa de mano de los representantes laborales, ya que al día de hoy no hay representación laboral, porque la Comisión de Control ha negado la incorporación a dicho Consejo del suplente de uno de los dos representantes laborales (prejubilados).

En otro párrafo se dice que la CAN ha asegurado que su negocio financiero se integra en el grupo CaixaBank «manteniendo con las mismas personas la cercanía y el servicio a los ciudadanos, que han sido las señas de identidad de Caja Navarra». Las mismas personas no, ya que se siguen sin enterar que entre prejubilados, bajas indemnizadas, traslados y suspensiones temporales este año 2012 la plantilla de la entidad se va a reducir en unos 400 trabajadores.

Por este motivo y como viven en su burbuja, estos consejeros no se han enterado o no se quieren enterar del cabreo de accionistas, clientes y trabajadores a los que se les ha engañado y mentido, y que en el caso de algunos trabajadores se les manda a la calle en agradecimiento a su «esfuerzo realizado».

Creo que pocas veces un órgano de gobierno ha estado tan distante de la sociedad. A estos solo les preocupa cobrar las sabrosas dietas por «estar», que no por participar, en la reuniones del Consejo General de Caja Navarra.