La oposición siria en el exilio y activistas en el interior ponen en entredicho al emisario de la ONU, Kofi Annan, al que acusan de «poner en el mismo plano a víctimas y verdugos» y de querer persuadir a Irán a pesar de su apoyo a Bashar al Assad.

«La gente está encolerizada. Está claro que el emisario es parcial. ¿Qué ha presentado? Nada más que sangre». asegura Bashar al-Haraki, miembro del Consejo Nacional Sirio (CNS), el movimiento opositor más reconocido en el exterior. «Nos quedamos atónitos cuando propuso involucrar a Irán, que es cómplice de los asesinatos», protestó.

Pero lo que prendió fuego a la pólvora fue la declaración de Kofi Annan el lunes en Damasco, cuando anunció, tras reunirse con el presidente Al-Assad: «Nos pusimos de acuerdo en un enfoque que voy a compartir con la oposición armada».

«Habla de `oposición armada' cuando es este régimen mafioso el que ataca a la población», aseguró un opositor de Damasco bajo el nombre de Ahmad al-Khatib, que afirma que la represión de las protestas «nos obligó a coger las armas. Es imposible pedir a la gente que las deje».

Al-Khatib critica que hasta el aspecto humanitario del plan de Annan «es letra muerta, cuando hay personas en Siria que viven como en la edad de piedra». El resto, que preveía un alto el fuego y la apertura de un diálogo político tampoco ha llegado a ponerse en marcha.

En internet los opositores fustigaron a Annan con calificativos como «enviado ruso-iraní encargado de proteger a Bashar» o propuestas para que las protestas de mañana tengan como lema «Annan vuelve a tu casa». Por su parte, el enviado de la ONU presentó al Consejo de Seguridad su visión sobre la situación del conflicto después de su visita a Siria.

Assad propone un interlocutor

Annan reveló que abordó con el presidente sirio la conveniencia de declarar «un alto el fuego localizado» en los lugares donde los enfrentamientos han sido más violentos, como la provincia de Homs, para permitir evacuar a los civiles.

Pero insistió en que ese alto el fuego localizado no exime a las partes de comprometerse con el fin de la violencia. También confirmó que Al Assad le propuso el nombre de un interlocutor para tratar con la oposición la eventual formación de un gobierno de transición.

Por otro lado Annan indicó que Irán e Irak apoyan la propuesta de transición política «dirigida por los sirios». Finalmente, reclamó al Consejo de Seguridad de la ONU que supere sus divisiones sobre Siria.

A la vez que lanzaba sus críticas contra Annan, la oposición siria visitó Rusia, también objeto de sus acusaciones. El nuevo líder del CNS, Abdel Basset Seida, tras entrevistarse con el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, aseguró que «cualquiera que sea la máscara que vista, es el apoyo político que permite al régimen proseguir la violencia». «El pueblo sirio sufre por la posición de Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde impone su veto» a las resoluciones de condena de Damasco, añadió Seida. Por ello exigió a Rusia «que obligue al régimen a dejar de matar a su propio pueblo. Si no tuviera el apoyo de Rusia, el régimen sirio no podría continuar con su política contra su pueblo».

Por su parte, Lavrov reiteró la posición rusa de que cualquier solución debe pasar por «un diálogo con la participación el gobierno y de todos los grupos de la oposición». Seida insistió en que lo que sucede en Siria «no es un simple desacuerdo entre la oposición y el gobierno sino una revolución», y lo comparó con la situación en Rusia tras la caída de la URSS en 1991.

Reiteró que la oposición rechaza un diálogo si no se va Al Assad, aunque «Rusia tiene otra opinión», reconoció. «No hemos visto evolución en la posición rusa. Estuve aquí hace un año uno ha cambiado» añadió el exlíder y miembro de la dirección del CNS Burhan Ghaliun,

Moscú anunció que seguirá cumpliendo los contratos para suministrar a Siria sistemas de defensa antiaérea, «porque se trata de equipamiento exclusivamente defensivo».