Enrique Peña Nieto, presidente electo de México según los resultados oficiales, arremetió ayer contra quienes han denunciado la compra de votos por parte de su partido, al tiempo que instó a los movimientos opositores a deponer «cualquier actitud que ponga en riesgo la paz social».

El candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, ha denunciado la compra de cinco millones de votos por parte del PRI. A juicio de Peña Nieto, es «una mentira (de la oposición) que se quiere hacer verdad», y lamentó que incluso el presidente en funciones, Felipe Calderón (PAN), que dijo que sería «inaceptable» y debe ser investigado, haya caído en «la confusión que ha generado este engaño».

Peña Nieto no citó ni a López Obrador ni al PAN, partido que aunque dijo no tener elementos que justifiquen la impugnación o anulación de los comicios presidenciales aseguró que respeta la decisión de López Obrador, que sí la pedirá. Negó también que la decisión de no recurrir suponga la devolución de un favor al PRI por su apoyo durante la investidura de Calderón en 2006.

Por otro lado, el Instituto Federal Electoral informó ayer de que el PRI no ha conseguido la mayoría simple en la Cámara de Diputados, por lo que Peña Nieto, tras su casi segura investidura, se enfrentará a un órgano legislativo dominado por la oposición.