Corría el año 1984 cuando un escritor canadiense llamado William Gibson aportó al género de la ciencia ficción una obra referencial que abriría nuevas fronteras en este género siempre ávido de nuevas ideas y subversiones. Las principales singularidades de esta novela -«Neuromante»- radicaban en que era una propuesta novedosa que no incluía extraterrestres, alteraciones espacio-temporales, ni tan siquiera naves estelares. Los protagonistas vivían plácidamente en sus hogares y los más osados realizaban viajes fugaces a algún satélite de comunicación. En aquel mundo futuro imaginado por Gibson los personajes gozan de una doble vida: una que se desarrolla dentro de los parámetros de la rutina cotidiana y otra bien diferente que cobra forma virtual en el Ciberspacio.

Considerado como el padre del llamado cyberpunk y acuñador del término Ciberespacio, en el año 1992 este escritor canadiense contó con la colaboración de Dennis Ashbaugh para llevar a cabo «Agrippa» (A book of dead), una de sus propuestas más originales y sorprendentes. Este libro que tenía la particularidad de ser distribuido en un disquette floppy de 3.5» que se autodestruía una vez era leído por primera vez y en su versión en papel, el libro estaba impreso con tintas sensibles a la luz que también se degradaban pronto y dejaban de verse. A través de este modelo creativo original que pretendía ser una experiencia única, el autor mostraba lo efímero que resultan los recuerdos.

A pesar de que hoy en día el poema «Agrippa (A book of the dead)» es completamente asequible para el público, incluso el propio Gibson lo ha publicado en su página web, todavía permanece inalterable su sistema de encriptado.

Seducidos por este reto, un grupo de criptógrafos ha creado la página web Cracking the Agrippa Code para invitar a todo aquel que desee revertir o romper el código de encriptado. El premio consiste en la obra completa de Gibson a excepción del poema «Agrippa». En la web http://www.crackingagrippa.net se exponen los detalles de esta original propuesta.