Las corridas de toros en la Monumental iruindarra serían igual que en cualquier otro lugar si no fuera por el tendido de sol, con su colorido y algarabía. Su protagonismo llega a eclipsar lo que pasa en el albero. Denostados por los biempensantes, son parte integrante de la vida social de la capital navarra.

Lo mismo organizan un concierto desde el balcón de su sede en la calle Estafeta, como Muthiko Alaiak, que preparan comidas multitudinarias o montan un sinfín de actividades.

Pero su espacio natural es la Plaza de Toros, donde desparraman toda su imaginación y su energía. Lo mismo un día organizan una jornada para recordar el 500 aniversario de la pérdida de la independencia del reino navarro que otro reciben con una sonora pitada al alcalde, Enrique Maya, por la denegación de un espacio propio a Gora Iruñea!

Merendar hasta reventar y beber hasta que el líquido te salga por las orejas en el tendido de sol es una experiencia por la que todo el mundo debería pasar. Es solo el primer paso para una larga noche de fiesta en las calles de Alde Zaharra. Hasta que el cuerpo, las ganas y el bolsillo aguanten.