Definitivamente, San Fermín no ha cubierto a Martínez de Irujo bajo su «capotico» y el de Ibero cerró su participación en la feria iruindarra de la peor manera posible; con tres derrotas en otros tantos partidos, siendo silbado por parte del público que no entendió su suspensión y con una lesión en su tobillo derecho que lo mantendrá de baja durante un periodo aproximado de 10 días, según el parte médico ofrecido por su empresa.

Habiendo dilapidado ya las pocas opciones que tenía de repetir, junto a David Merino, su triunfo del año pasado, con 13-6 en el marcador, el de Ibero se lesionó en el tobillo derecho al tratar de llevar una pelota tras un remate de Xala. Tras un primer paso por vestuarios, el de Ibero regresó a la cancha, pero pronto comprobó que no estaba en condiciones de seguir jugando y, tras volver a retirarse, decidió suspender, en una decisión que generó los pitos de algunos aficionados, pero que pareció la decisión más acertada, ya que, sin ninguna opción en el plano deportivo, lo único que podía conseguir el pelotari era aumentar esa lesión, confirmada por el parte médico.

Según el diagnóstico ofrecido por Txema Urrutia, el delantero de Aspe «presenta un esguince grado I-II del ligamento deltoideo de su tobillo derecho. Asimismo se aprecia un proceso doloroso en su rodilla izquierda compatible con una tendinitis rotuliana», por lo que estima un periodo de baja de 10 días.

Sumar y restar

Esta lesión supuso el epílogo de una noche para olvidar del de Ibero que, precipitado y ansioso, nunca estuvo cómodo sobre la cancha. Fue uno de esos ejemplos en los que se demostró que para llegar a 22, un buen delantero y un gran zaguero deben sumar más que dos.

Fue lo que, emulando a lo que hicieron cuando se proclamaron campeones del Parejas, sí hicieron Xala y Zubieta y lo que nunca consiguieron el jueves por la noche Irujo-Merino II.

Y es que se ha comprobado que la química existente entre el lapurtarra y el de Etxarri es especial. En 2011 Zubieta revivió a Xala y este verano, una versión muy sólida del delantero -sin llegar a estar brillante- ha servido para que el de la Sakana recupere la sonrisa. Fresco de ambas manos y olvidadas las lesiones, Aitor Zubieta parece volver por sus fueros. El jueves sacudió a la pelota con ambas manos, brillante de zurda, y el partido fue suyo siempre.