El juicio de faltas al que estaban citados ayer tres jóvenes por realizar una protesta tras la muerte de Iñigo Cabacas, que ocurrió el pasado 9 de abril, quedó suspendido y aplazado hasta setiembre. Antes de que el juez tomara esa decisión, motivada por la ausencia de uno de los imputados, en las puertas del Palacio de Justicia de Bilbo se llevó a cabo una concentración en la que varias decenas de personas expresaron su solidaridad con los procesados y, precisamente, se reclamó que se haga «justicia» en memoria del joven aficionado del Athletic que murió por el impacto de una pelota de goma lanzada por un agente de la Ertzaintza.

Junto a una pancarta con la imagen del joven, la bandera con crespón del club rojiblanco y el lema «Iñigo, `Pitu' gogoan zaitugu», un portavoz de los convocantes recordó que los hechos que se quieren juzgar como «desórdenes públicos» consistieron en reclamar el esclarecimiento de la muerte de Cabacas en una sesión del Congreso sobre Memoria y Convivencia, celebrado en Bilbo el 20 de mayo. Los acusados, que ese día exhibían camisetas con la imagen de Cabacas y carteles en los que se leía «Justizia Orain» fueron desalojados junto a un cuarto compañero, que no fue llamado a declarar en el juicio.

En la concentración de ayer también se exhibieron carteles que recogían expresiones como «Ares dimisión», «Ares mentiroso» o «¿De vosotros quién nos protege?».

Por reclamar justicia

Dos de los jóvenes acusados realizaron declaraciones a los medios de comunicación en las que lamentaron tener que comparecer ante el magistrado mientras el «responsable de la muerte de Iñigo está en su casa». Por ello, denunciaron «la impunidad» de los responsables de la muerte de Cabacas y consideraron «injusto» que por «llevar una camiseta» con la imagen del joven fallecido en un congreso sobre convivencia «en menos de mes y medio se nos siente en un baquillo». «Mientras, los responsables de una muerte, algo mucho más grave, todavía están en la sombra», reiteraron.

El abogado de los tres jóvenes, Iñaki Carro, se mostró convencido de que «evidentemente no ha habido alteración del orden público», ya que «llevar una reivindicación a una conferencia no constituye ningún tipo de falta, y menos de delito». «La conferencia se celebró, la reivindicación estuvo allí, está hoy aquí y va a seguir estando mientras no se resuelva lo que ocurrió» aseguró. En su opinión, «no tendría ningún sentido que la primera condena en torno a la muerte de Iñigo Cabacas» fuera para «unas personas que, simplemente, pedían justicia».