El candidato presidencial del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, anunció la presentación de un Plan Nacional para la Defensa de la Democracia, a la vez que confirmó que impugnaría las elecciones presidenciales celebradas el pasado 1 de julio en México por las irregularidades registradas, como la compra de votos, y por violación de la Constitución.

López Obrador, afirmó que el plan se ajustará a los marcos legales, sin aclarar si incluirá movilizaciones populares como tras las elecciones de 2006. «No vamos a dar pretexto para que los violentos nos acusen de violentos (...), por convicción, porque lo creemos, y además por estrategia, no vamos a caer en ninguna provocación», afirmó el dirigente político.

López Obrador y los tres partidos que lo postularon como candidato presidencial presentaron el jueves una impugnación de las elecciones que tendrá que ser resuelta por el máximo tribunal electoral en las próximas semanas.

Según los datos oficiales, el aspirante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, triunfó en los comicios con el 38,21 % de los votos, seguido de López Obrador, con el 31,59 %. «Con elecciones libres, Peña Nieto no habría ganado», sostuvo López Obrador, detallando incluso que solamente se habría hecho con la victoria en cuatro de los 32 estados que forman el país.

Agregó que espera que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, máxima instancia jurisdiccional en cuanto a comicios en México, que debe revisar la impugnación, «actúe a la altura de las circunstancias porque sería muy grave para el país que se confirmara la corrupción como estilo de vida y estilo de gobierno».

Indicó que «las irregularidades que se han producido no permiten la certeza de ningún resultado, ni del proceso electoral en su conjunto». La izquierda mexicana sostiene que Peña Nieto ganó las elecciones por la compra masiva de unos cinco millones de votos, por distintos medios, entre otras regularidades de las que asegura contar con pruebas.

Reunión de gobernadores

López Obrador denunció que 16 gobernadores del PRI se reunieron el pasado 12 de junio con su candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, en la ciudad de Toluca, para acordar los votos que iba a comprar cada uno.

Para conseguir los votos prometidos, apuntó López Obrador, los gobernadores recurrieron a los fondos públicos y compraron tarjetas telefónicas, bonos de supermercado y materiales de construcción que regalaron a los electores a cambio de su apoyo en las urnas.

Además, señaló que el dinero público también se utilizó para financiar las campañas de propaganda de Peña Nieto en los medios de comunicación, que, aseguró, sobrepasó los límites de gasto establecidos por la legislación mexicana.

Por su parte, el PRI respondió calificando los comicios como «la elección más equitativa» de la historia del país y acusó al líder de la izquierda de ser un «mal perdedor». «Las preferencias políticas de millones de votantes no pueden ser invalidadas por una actitud que se resiste a reconocer la verdad jurídica y la realidad política de México», afirmó el presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwel.