GARA > Idatzia > Mundua

Un nuevo baño de sangre vuelve a cuestionar la mediación en Siria

La muerte de más de doscientas personas en Treimsa, en la provincia de Hama, ha puesto de nuevo en cuestión la labor mediadora de Kofi Annan, que busca poner fin al derramamiento de sangre en Siria. La oposición responsabilizó de lo que denunció como una nueva masacre de civiles a la «incapacidad» de la comunidad internacional y pidió al bloqueado Consejo de Seguridad de la ONU una resolución vinculante.

p015_f01_148x112.jpg

GARA | DAMASCO

La masacre de más de doscientas personas en la localidad siria de Treimsa, que podría, en caso de confirmarse, ser el incidente que más muertes ha provocado desde el inicio de las revueltas contra el régimen de Bashar al-Assad en 2011, ha vuelto a poner en evidencia el nulo efecto de la actual mediación internacional, que lidera Kofi Annan, en el conflicto en Siria. Con el paso de las horas, lo que se presentó como otra matanza de civiles a manos de las fuerzas gubernamentales fue perdiendo fuerza por los propios testimonios ofrecidos por grupos y activistas opositores.

Una nueva masacre, de nuevo los habituales cruces de acusaciones y, otra vez, falta de pruebas e imposibilidad de comprobar in situ la magnitud de la tragedia, esta vez en Treimsa, localidad de la provincia central de Hama y uno de los bastiones opositores a Al-Assad, que continuaba ayer cercada por las tropas gubernamentales.

La oposición denunció la muerte de entre 150 y 220 personas, según las fuentes, durante los bombardeos, operaciones militares y combates que tuvieron lugar el jueves en Treimsa. El Gobierno rebajó la cifra a medio centenar de personas, cuya muerte imputó primero a «grupos armados terroristas», pero fuentes militares señalaron a la agencia oficial SANA que el Ejército se enfrentó a «terroristas» en Treimsa y negó que se hubieran producido víctimas civiles.

Grupos opositores denunciaron de nuevo que las tropas gubernamentales atacaron Treimsa para expulsar a los rebeldes y tras bombardear la localidad, la cercaron y posteriormente las fuerzas de seguridad y las milicias del régimen irrumpieron en sus calles, donde, según algunos testigos, muchos civiles murieron apuñalados o tiroteados y sus cadáveres fueron quemados.

Las fuentes militares citadas por SANA señalaron que la operación fue de carácter «cualitativo» y su objetivo eran los «grupos terroristas», en cuyos escondrijos se encontraron, según su versión, los cuerpos sin vida de ciudadanos que habían sido secuestrados y ejecutados por esos grupos. Una operación que, agregaron, buscaba acabar con los actos que habían atemorizado a la población de este enclave suní rodeados de pueblos alauíes.

La mayoría, combatientes

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó de decenas de combatientes rebeldes muertos y de la «ejecución sumaria» de decenas más, 17 de ellas civiles. Un trabajador de la agencia opositora Shaam News Network, citado por AFP, que dijo llamarse Jaafar aseguró que la gran mayoría de los fallecidos eran miembros del Ejército Libre Sirio (ELS), formado principalmente por desertores. Según Jaafar, al menos siete civiles habían muerto a causa de los bombardeos cuando un convoy del Ejército regular fue atacado por el ELS y las tropas gubernamentales contraatacaron con una «fuerza excesiva» en el interior de la localidad.

Otro activista opositor desmintió que hubiera gran número de hombres armados en el momento de la masacre y dijo que solo una decena de miembros del ELS intentaba ayudar a defenderse a los civiles que intentaban huir.

El Consejo Nacional Sirio (CNS) calificó la matanza de ayer como «el más infame de los genocidios cometidos por el régimen sirio», y urgió al Consejo de Seguridad a adoptar una resolución vinculante al amparo del capítulo VII, que prevé medidas coercitivas en caso de amenaza a la paz. Criticó «el silencio y la incapacidad» de los principales organismos y potencias mundiales por defender a la población civil.

Los Hermanos Musulmanes sirios criticaron con especial virulencia al mediador Kofi Annan y a Rusia e Irán, aliados del régimen sirio, y auguraron «masacres aún más espantosas».

Bloqueo diplomático

La nueva masacre, que no ha podido ser comprobada por fuentes independientes, se produjo en medio del bloqueo diplomático, ya que el debate para la aprobación de una nueva resolución del Consejo de Seguridad sigue empantanado por el desacuerdo entre los países occidentales y Rusia y China, que ayer condenaron enérgicamente la matanza de Treimsa.

Moscú, que pidió una investigación, anunció que el lunes se reunirá con Kofi Annan, a quien pedirá que trabaje más activamente con los grupos opositores para sentarlos a negociar con las autoridades de Damasco.

Por su parte, Annan dijo sentirse «horrorizado» por lo ocurrido y acusó a Damasco de haber violado su compromiso de poner fin al uso de armas pesadas en centros de población. «Es más importante que nunca -subrayó- que los gobiernos con influencia la ejerzan más efectivamente para asegurar que la violencia acabe».

EEUU tachó de «pesadilla» la situación en Siria e instó a adoptar medidas de carácter obligatorio. También el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió al Consejo de Seguridad que actúe.

Además del baño de sangre que tuvo lugar en Treimsa, la oposición informó ayer de que en todo el país perdieron la vida al menos 70 personas.

EEUU amenaza a Siria si recurre a las armas químicas

EEUU advirtió a Siria de que deberá «rendir cuentas» si no mantiene controladas sus reservas de armas químicas, aunque subrayó que no tiene indicios para creer que este arsenal suponga un peligro. El Departamento de Estado y el Pentágono reaccionaron así a un informe publicado ayer por el diario «The Wall Street Journal», según el cual Damasco ha empezado a trasladar partes de «su vasto arsenal de armas químicas» sacándolo de las instalaciones de almacenamiento. Washington recordó a las autoridades sirias que «el Gobierno tiene la responsabilidad de proteger sus reservas de armas químicas», aunque precisó que la «evaluación» de las Fuerzas Armadas estadounidenses indica que «el régimen sirio tiene bajo control sus reservas de armas químicas».

Según «The Wall Street Journal», algunos funcionarios de EEUU temen que Damasco «intente usar las armas contra rebeldes o civiles, potencialmente como parte de una campaña dirigida a la limpieza étnica». Otros indicaron que Al-Assad «quizá trate de salvaguardar el material para que no caiga en manos de sus opositores o trate de complicar los esfuerzos occidentales para determinar dónde está». GARA

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo