Los rebeldes sirios buscan extender el frente para debilitar al régimen
Frente a los anuncios propagandísticos de los rebeldes en torno a sus ofensivas en Damasco y en Alepo, los expertos militares occidentales tienen pocas dudas de que el régimen pierda el control de las grandes ciudades. Destacan, eso sí, que estos ataques están forzando al Ejército sirio a debilitar su presencia en las regiones alejadas del centro, lo que puede resultar, a largo plazo, letal para su supervivencia.
Sara HUSSEIN | BEIRUT
Los rebeldes armados sirios buscan extender la línea del frente atacando puestos fronterizos en el norte y el este y lanzando una ofensiva contra los centros de poder en Damasco y Alepo a fin de dispersar lo máximo a las fuerzas del régimen, estiman analistas militares occidentales.
El atentado que costó la vida hace una semana a cuatro altos responsables de la seguridad del régimen, junto con la incursión de comandos del Ejército Sirio Libre en la capital, ha forzado a aquel a reforzar su despliegue en Damasco, concentrando, según la oposición, a la Cuarta División -dirigida por el hermano del presidente, Maher al-Assad-. Ello le ha supuesto aflojar su presión sobre otras regiones, lo que estaría siendo aprovechado por los rebeldes.
El experto militar británico Paul Smyth asume que el régimen ha logrado retomar el control de toda la periferia de Damasco -los rebeldes hablan de repliegue táctico-, «pero su margen de maniobra se reduce cada vez más».
El director de la compañía británica R31 Consulting no tiene dudas de que la iniciativa es de los rebeldes. «El nivel de violencia, el espacio geográfico y el armamento a manos de los rebeldes sigue aumentando», añade.
Joseph Holliday, del Institute for the Study of War de Washington, coincide en que el régimen es cada vez más vulnerable fuera de Damasco y que «los rebeldes van a incrementar su control sobre la periferia».
Alepo, táctica o estrategia
Riad Kahwaji, director del Institute for Near East and Gulf Military Analysis de Dubai, insiste en que la capacidad del régimen de movilizar a sus tropas sería cada vez menor y que «no todas son leales al 100% y las que lo son están cada vez más solicitadas». Es en este contexto en el que explica la decisión de los rebeldes de concentrar «sus mayores fuerzas» en Alepo (norte), la segunda ciudad y la capital económica del país.
«Tomar el control de Alepo tras tener en sus manos los puestos fronterizos con Turquía tiene sentido porque esta ciudad está cerca de sus líneas de aprovisionamiento y cerca del cuartel general rebelde en la frontera», señala el experto.
¿Una segunda Bengasi?
«Creo que tienen como objetivo asegurar una zona en la región desde Alepo a Idleb (nordeste) e incluso ampliarla a las zonas kurdas, porque estos últimos han empezado a moverse», asegura Kahwaji.
Anthony Cordesman, experto militar del Centre for Strategic and International Studies de Washington, matiza que no hay que interpretar las tácticas locales de los grupos rebeldes como una estrategia en clave nacional.
«No sabemos si Alepo es una estrategia, si es una reacción al éxito en Damasco o simplemente un objetivo que hasta ahora era simplemente imposible porque los rebeldes se sentían muy débiles y mal armados».
Paul Smith coincide en que el régimen luchará ferozmente por Alepo y por cualquier otra gran ciudad. «Quieren impedir por todos los medios que los insurgentes se hagan con otro Bengasi». señala, en referencia a la ciudad oriental de la Cirenaica (Estado libio). En lo que se muestran de acuerdo es en que la estrategia de ataques dispersos de los rebeldes puede obrar a su favor, dificultando una respuesta global del régimen o forzando reacciones fuera de control contra los civiles. En esa hipótesis «los rebeldes no necesitarían una victoria decisiva, les bastaría con crear una situación en la que el régimen ya no pueda aferrarse al poder», augura Anthony Cordesman.
El general Ali Mamlouk ha sido nombrado jefe de la oficina de la Seguridad Nacional. El militar, de confesión suní, controlará todos los aparatos de seguridad en una reestructuración tras el atentado que descabezó estos servicios.
El Ejército sirio retomó el control de los barrios de Qadam y Aassali, los dos últimos focos de resistencia rebelde en Damasco. En Alepo se mantenían focos rebeldes y fuentes opositoras denunciaron bombardeos en la región de Deraa (sur).
El opositor Consejo Nacional Sirio (CNS) se desdijo y rechazó permitir que un miembro del régimen pueda dirigir un eventual gobierno de transición y unidad nacional.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró que la oposición siria «está más cerca que nunca de la victoria» y advirtió contra cualquier eventual acto hostil por parte de Damasco. «Este régimen sangriento será derrotado, tarde o temprano», señaló, para advertir que «si el régimen sirio no aprende la lección y continúa con su actitud hostil, Turquía no dudará en responder».
En las antípodas, un alto responsable militar iraní advirtió que los aliados de Siria no permitirán un cambio de régimen y darán golpes decisivos a los enemigos del régimen si deciden intervenir.
«Los amigos de Siria y el movimiento de resistencia (Irán, Siria, las fuerzas palestinas e Hizbullah) no han entrado aún en escena», recordó el jefe del Estado Mayor adjunto de las Fuerzas Militares iraníes, general de brigada Massud Jazayeri, en la web oficial de los Guardianes de la Revolución.
«Los sirios están indignados contra los gobiernos diabólicos de América, Turquía, Qatar, Arabia Saudí y de otros aliados de los terroristas», señaló, para acusar a EEUU e Israel de llevar adelante «una feroz campaña contra Siria» y augurar su derrota. GARA