El Gobierno británico anunció ayer, a solo tres días del inicio de los Juegos Olímpicos, que desplegará 1.200 soldados más para garantizar la seguridad de Londres 2012, con lo que el número total de militares movilizados ascenderá a 18.200.

El ministro de Cultura y Deportes, Jeremy Hunt, explicó que, además de los 17.000 soldados previstos hasta ahora, se movilizará a los 1.200 militares que estaban en alerta de cara a los Juegos que comienzan este viernes en la capital británica.

Después de que la empresa G4S anunciara que no podía reclutar a los 10.400 guardias de seguridad privada que se consideran necesarios para velar por la seguridad de los recintos olímpicos, el Gobierno del conservador David Cameron movilizó a 3.500 efectivos del Ejército adicionales, hace doce días.

El plan de seguridad trazado para los Juegos, con un presupuesto de 1.264 millones de euros, preveía que gran parte de la vigilancia en el interior de los estadios fuera responsabilidad de agentes privados, pero el fiasco de G4S ha obligado a variar los planes.

Según admitió el consejero delegado de la firma, Nick Buckles, la empresa comenzó a formar en enero a miles de jóvenes, pero no firmó ningún contrato laboral con la mayoría de ellos ni les aseguró un puesto en los Juegos.

A medida que se acercaba el inicio de esta cita deportiva de alcance mundial, los responsables de G4S advirtieron cómo muchas de las personas con las que contaban para vigilar los estadios habían encontrado otro trabajo durante esos meses o no estaban interesados en la oferta. Tras reconocer los problemas que tendría la compañía para cumplir su contrato, Buckles afirmó la semana pasada ante una comisión del Parlamento que su empresa podría movilizar «como máximo» a 7.000 guardias de seguridad, si bien recalcó que la cifra se iría revisando «día a día».

El Ejército ya desplegó el 12 de julio a 3.500 soldados adicionales para completar las 42.000 personas que requiere el dispositivo de seguridad y el día 19 puso en alerta a ese contingente de 1.200 militares, que finalmente fueron llamados ayer.

«En previsión de un fin de semana en el que habrá grandes aglomeraciones, no queremos dejar nada al azar, por lo que hemos decidido que era la medida correcta. Es mejor tener esas tropas sobre el terreno para que, en caso de que se las necesite, puedan pasar a la acción inmediatamente», destacó Hunt.