Nafarroa: concentrarse en lo fundamental
La presidenta de Nafarroa, Yolanda Barcina, en minoría y sin aliados, compareció ayer en el Parlamento para fijar su posición y anunciar qué va a hacer ante las medidas económicas que Madrid pretende imponer. Parapetada en el argumento de que son de «obligado cumplimiento», Barcina acometerá sin objeciones el grueso de los recortes del PP. No hubo sorpresas. Sin embargo, llamó la atención que echara mano de un recurso retórico al que acostumbra la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. A saber: utilizar como cortina de humo e inflamar los ánimos con temas ridículos, como la disminución del número de parlamentarios y concejales, o un llamamiento a repensar el modelo de esas instituciones, todo para no tener que hablar de lo fundamental.
UPN y la presidenta Barcina tienen un interés especial en degradar el diálogo político en Nafarroa, en tratar de arruinar y hacer inoperativo un concepto tan democrático como el compromiso mutuo y el acuerdo. A falta de argumentos racionales, no les importa atrofiar la política hasta hacer que se convierta en objeto de hastío de los ciudadanos, en algo tóxico y repulsivo, tan polarizado e inoperante que haga que la gente no participe. En realidad, son conscientes de que la situación socioeconómica de Nafarroa, así como el modelo de autonomía uniprovincial que da la espalda a Euskal Herria, requieren precisamente lo contrario. Diálogo, compromiso mutuo y un acuerdo que cimiente un nuevo punto de partida, una nueva oportunidad para el cambio radical y estructural que Nafarroa desea y merece.
El cambio suele ser sospechoso, para algunos casi un crimen contra el pasado. Contra la pretensión de Barcina de suprimir el tema fundamental -la necesidad vital de cambiar un modelo que solo hace más dependiente a Navarra de Madrid y empobrece más a los navarros- y alumbrar los que no lo son, la situación exige ir a la raíz y pensar en grande. También en Nafarroa el tiempo de lo imposible es ahora.