La imputación del exdirector de comunicación de Cameron ahonda en un escándalo revelador
La imputación del exeditor de «The News of the World» y exdirector de comunicación del primer ministro David Cameron en el escándalo de las escuchas ilegales ha llegado hasta el corazón del Gobierno británico. Y Cameron tiene motivos para sentirse preocupado dado que los indicios apuntan a que su incompetencia, su negativa a prestar atención a las señales de alerta y su arrogancia propiciaron la atmósfera necesaria para que estas prácticas se institucionalizaran. Y que lo hicieran con cobertura al más alto nivel. Desoyó a quienes le advirtieron de los peligros de «fichar» a empleados del magnate de la prensa internacional, Rupert Murdoch. Y apostó fuerte por él con el argumento de que «todo el mundo merece una segunda oportunidad». Es sabido lo que vino después: el responsable de lanzar el mensaje del Gobierno británico al mundo conspiraba para interceptar las comunicaciones incluso de antiguos miembros de su gabinete.
Las carreras de caballos, las cenas de Estado, etc... de Cameron con Rebekah Brooks, ex directora ejecutiva del grupo de comunicación News International de Murdoch, más allá de la proximidad, revelan hasta qué punto está expandida la perversión en la relación entre política y prensa.