Euskal Encounter, la fiesta inform�tica vasca cumple dos d�cadas
Mañana arranca la vigésima edición del Euskal Encounter, el evento informático más importante de Euskal Herria que, como cada año, congregará a miles de fieles , y a otros que no lo son tanto, en los gigantescos pabellones del BEC. Este espacio se convertirá en el marco perfecto para «intercambiar información, conocer gente nueva y pasarlo de maravilla», según asegura su director, Sabino San Vicente.
Mikel PASTOR
Muchas personas, cuando escucha hablar de un macroevento informático, automáticamente lo asocia a la imagen clásica de centenares frikis absorbidos por la potente luz de un ordenador de tropecientos gigas en una sala lúgubre, con el posible añadido de un cartón de palomitas en el regazo. «Nada más lejos de la realidad» asegura Sabino San Vicente, máximo responsable del Euskal Encounter, la fiesta informática más importante de Euskal Herria, «además de una de las más importantes del Europa» que, desde mañana hasta el sábado hará las delicias de todos los aficionados y también de los que vemos el toro informático desde la barrera.
El BEC de Barakaldo, sede de la cita durante los últimos años, volverá a ser el escenario por el que desfilarán, de manera más o menos constante, más de seis mil personas. La crisis asusta, pero se espera buena respuesta: «La entrada, al igual que otros años, sera gratuita, y además habrá zona de acampada en el Pabellón 3 del BEC, por lo que no habrá que gastar en alojamiento» explica San Vicente, que no obstante, confiesa que han tenido que hacer «pequeños ajustes».
Aunque pueda parecer que este tipo de eventos informáticos favorezcan el ensimismamiento, el aislamiento o la soledad de los usuarios con sus respectivos ordenadores, la realidad, según asegura su director, es bien distinta: «El leitmotiv principal de los asistentes al Euskal Encounter es convivir, conocer gente, ponerse cara de las redes sociales y en general, estrechar lazos». Así lo demuestran las encuestas realizadas a los participantes en ediciones anteriores, que agradecen en un alto porcentaje «el buen ambiente que se respira».
Cinco zonas bien diferenciadas
El Euskal Encounter de este año tendrá una disposición espacial similar al de anteriores ediciones, aunque incorporará una quinta zona, dedicada al mundo de la robótica y su programación.
Las otras cuatro zonas, que al igual que la citada se situarán en el pabellón 5, se centrarán en el arte digital (zona 1), los juegos amateur (zona 2), hardware (zona 3) y software libre (zona 4). Además de estas áreas, los visitantes podrán disfrutar del Opengune, que se traslada al atrio del BEC con el objetivo de ser «más accesible y cercano».
En este Opengune se celebrarán las distintas conferencias y talleres del Enkounter, en los que podrá participar gratuitamente todo aquel que lo desee. Entre las conferencias, son destacables la respectiva a «La abadía del crimen», uno de los primeros juegos para ordenadores, y otra, denominada «Emprendedores vs capital riesgo».
De Urretxu al mundo
Pero, ¿cómo ha llegado este encuentro informático a convertirse en icono europeo? Para conseguir la respuesta, debemos remontarnos a 1992, cuando un grupo de jóvenes guipuzcoanos, con Sabino San Vicente a la cabeza, decidió organizar un festival informático, como el que se daba en otras zonas, en su Urretxu natal. La respuesta fue buena. Unas cuarenta personas, algunas venidas desde Madrid y otros puntos del Estado español.
El boca a boca funcionó y a la siguiente edición, celebrada en Legazpi, acudieron unas doscientas personas. La bola de nieve ya estaba en marcha, y nada la iba a detener, hasta el punto de tener que trasladar el Euskal Encounter a Donostia.
La elección de la capital guipuzcoana como sede, unida a la aparición de los e-mails y otras formas de comunicación vía internet, con el avance que ello supone, afianzaron definitivamente un proyecto que atraía anualmente a miles de personas.
Tantas, que el velódromo de Anoeta se quedó pequeño, obligando a los organizadores a dar un paso más allá y, cruzando la A-8, instalarse, allá por el año 2001, en Bilbo, primero en la antigua Feria de Muestras junto a San Mamés, y después, cuando esta fue demolida, en el enorme y moderno BEC.