Cuando queda menos de una semana para que se celebren las asambleas extraordinarias de BBK-Kutxa-Vital, donde van a cambiar los estatutos y, entre otras muchas cosas, va a cambiar la naturaleza de las cajas para convertirlas en fundaciones privadas, pocas son las voces que se están pronunciando al respecto.

Que el PNV utilice todas sus artimañas para ocultar lo que quiere hacer es, desgraciadamente, normal. Más grave es que algunos medios de comunicación colaboren en ello y pretendan hacer desaparecer del debate ciudadano una cuestión tan importante, grave para muchos, como hacer desaparecer las Cajas de Ahorro vascas. Pasar de ser entidades financieras de carácter social y público, al servicio de la ciudadanía y de este país, a fundaciones privadas no es una tontería. Hay una clara intención de privatizar las cajas y el Banco creado por ellas, Kutxabank, y así iniciar la desaparición de la Obra Social.

Que hasta la fecha solo un sindicato, LAB, se haya pronunciado públicamente en contra de esta privatización es cuando menos extraño. No podemos olvidar que el PNV siempre ha jugado sus bazas en las cajas para «convencer» mediante artimañas o prebendas para que algunos sindicatos siempre le acaben apoyando sus pretensiones. Ahora, con la que está cayendo, con un sistema financiero «rescatado», con unas cajas que pueden dejar de serlo «gracias» al afán privatizador de PNV y PP, que todos los sindicatos se pronuncien y digan si van a apoyar o no estas pretensiones. La ciudadanía debe saber si lo sindicatos se van a convertir o no en cómplices de esta privatización y a cambio de qué.