Mukherjee, frustrado primer ministro, se conforma con la Presidencia india
GARA | NUEVA DELHI
Pranab Mukherjee, de 76 años, prometió combatir la pobreza tras ser investido ayer presidente de India, el decimotercero desde la independencia del país. Vestido de negro, visitó por la mañana los memoriales capitalinos dedicados al padre de la independencia india, Mohandas (Mahatma) Gandhi, y a los antiguos primeros ministros Jawaharlal Nehru, Indira Gandhi y Rajiv Gandhi. Luego recorrió, en limusina y acompañado por guardias montados, la céntrica avenida de Rajpath, desde donde entró en el Parlamento indio y juró su cargo ante Dios.
«Nuestra misión es eliminar la maldición de la pobreza y crear oportunidades para que los jóvenes puedan sacar este país adelante», dijo. Mukherjee, considerado en India protector de los Ambani, primera fortuna del país, quien destacó su voluntad de respetar el secularismo, la igualdad religiosa y también la equidad económica, para que «los más pobres puedan sentirse parte de esta India en crecimiento».
De larga y amplia trayectoria política que le ha llevado al frente de ministerios como los de Defensa, Exteriores y Finanzas aspiraba, realmente, a ocupar el cargo de primer ministro.