El conflicto armado en Colombia ha proporcionado que varias generaciones padezcan en carne viva el horror de la guerra y sus manifestaciones, como son la muerte, asesinatos selectivos, desplazamiento, masacres, los atenta- dos por parte del terrorismo de estado; y aun el exilio. A su vez, la búsqueda de la paz es tarea de todos y todas en Colombia en la dirección de la solución política dialogada, y dentro de los espacios de reflexión, discusión y participación -como son el político, el académico, el social, el cultural y hasta el económico- ocupa un papel de mucha importancia de aporte de salidas al conflicto, como son: acuerdo humanitario, la humanización del conflicto, los prisioneros y prisioneras políticas, las relaciones internacionales y la industria militar.

Es centrar la atención coyuntural en los puntos mencionados del conflicto interno, revelándose como una justicia que facilita los primeros pasos una vía de la solución, donde las minorías políticas siempre han estado sometidas a la represión, estigmatización, aniquilamiento político en su participación activa, como lo fue la Unión Patriótica, el Movimiento Sindical, estudiantil, agrario, que han venido cuestionando las políticas de guerras, y propuestas fallidas de construcción de una nación, con una identidad propia. Desde el debate, el cual dará los suficientes elementos para continuar en el abordaje de sus máximas de verdad, justicia, reparación integral y memoria histórica.

Por lo tanto, uno de los mayores desafíos que enfrentan los países que intentan salir de un conflicto armado interno, como el caso de Colombia, es lograr la simetría entre los acuerdos para restablecer la paz. Pero eso sí, ¿de qué tipo de paz estamos hablando?. Pues, la solución política dialogada al conflicto, como vía a la Justicia Social. Uno de los elementos fallidos en que el Estado colombiano debe plantear una coherencia es en el sistema educativo y las Fuerzas Armadas, el cimiento sobre el cual el Estado construye una sociedad y una identidades nacionales coherentes. Las dificultades casi insuperables para conocer la justicia en sus propios términos, entre las que podemos ver los reclamos de los campesinos, que no eran muy distintos a los de otras protestas sociales en Colombia. Soluciones a la impunidad y al abandono a los que tiene sometido el Estado. Todo esto enfocado en la Reforma Agraria, ya que en Colombia la acumulación del la propiedad de la tierra se encuentra en unas cuantas familias que controlan económicamente el país y que también tienen vínculos recios con el paramilitarismo.

Además, el principio de autodeterminación de los pueblos está bien establecido en el derecho internacional y fue el principio rector de la descolonización, particularmente tras la Segunda Guerra Mundial. Otorgó a los pueblos colonizados el derecho a la independencia, un derecho, por lo tanto, que deberá ser ejercido de una vez por todas, véase actualmente con el lanzamiento del Movimiento Marcha Patriótica. Proyectar cabildos abiertos por todo el territorio nacional y a su vez, búsqueda de la segunda indepen- dencia, donde convergen diversos agentes sociales, políticos y personalidades de izquierda.

La aplicación de la Justicia Transicional en Colombia debe tener en cuenta que aunque este sea un Estado Social y Democrático de Derecho, no ha superado los factores estructurales que han ocasionado el conflicto interno, que permitan considerar la existencia de un posconflicto y la legitimación de un Estado de Derecho.

Existe la apropiación del concepto y del discurso de Justicia Transicional por parte de los postulados neoliberales, que están representados en el Gobierno de Colombia. No existe una verdadera aplicación para que la sociedad colombiana conozca las causas en que se originó el conflicto y sus derivaciones. Colombia no posee instituciones propias, sino que están ancladas bajo los principios de un estado que sigue ligado a la poderes fácticos y regionales.

Hablar de paz y democracia, no supone entonces la erradicación del conflicto colombiano y de las controversias, sino de un espacio social en el cual los conflictos puedan manifestarse y desarrollarse, sin que la oposición al otro conduzca a la superación del otro matándolo reduciéndolo a la impotencia o silenciándolo.