Lo ocurrido ayer en el pleno del Ayuntamiento de Donostia y, en particular, el comportamiento del edil del PSE Denis Itxaso, además de degradar la política municipal, contribuye a hacer de esta un ejercicio tóxico. En las actuales circunstancias, las graves acusaciones que vertió sobre la delegada de Cultura, Nerea Txapartegi, pueden acarrearle a esta consecuencias serias. De ser así, Itxaso, que en tiempos pasados mostró una posición discrepante y más sensata que la de su propio partido en temas como la convivencia o la dispersión, tendrá una grave responsabilidad en todo ello.

Nadie más oyó las palabras que Itxaso atribuye a Txapartegi. La posterior maniobra de PSE y PP de abandonar el pleno resulta obscena. Para alcanzar aún mayores cotas de despropósito, Ernesto Gasco sacó a colación el sempiterno debate sobre «duros y blandos» dentro de la izquierda abertzale. ¡En 2012!

Para «duro», el trasfondo de este suceso. Ayer PSE, PP y PNV unieron sus votos para apartar de la Mancomunidad de San Markos a la concejala de Bildu Nora Galparsoro y para poner en su lugar al portavoz del PP en el Consistorio donostiarra, Ramón Gómez. Sí, PSE y PNV contra Bildu en favor del PP. Para colmo, el abandono del pleno tiene que ver con la urgencia de esos grupos para acudir a la Asamblea de la Kutxa en la que se aprobó el proceso de privatización gracias a sus votos.