Maite SOROA | msoroa@gara.net
Finiquitando el Estado autonómico
Con tal de difuminar lo que era, y es, una realidad, la existencia de naciones en su seno y su aspiración a conformarse como estados libres, quienes manejaban el cotarro en el Estado español cuando estiró la pata el dictador ferrolano, diseñaron una «transición» y decidieron construir lo que vino a llamarse «el estado autonómico», que algunos resumieron en el término «café para todos». Un café en el que pretendieron diluir las reivindicaciones de esos pueblos. Pero resulta que al café se le ha acabado la leche y el invento no da para más, así que la derechona lo da por finiquitado. En «Abc» el editorial lo expresaba ayer de forma bastante clara: «El fin de la fiesta autonómica». A juicio del diario de Vocento, «la evolución de los acontecimientos respalda la necesidad de políticas de cohesión», lo que quiere decir recentralización, ya que «el más que seguro acogimiento de nuevas comunidades al fondo de ayuda autonómica -después de Valencia y Cataluña- demuestra que, en contra de lo que dijo ayer Griñán, el Estado de las Autonomías es parte del problema y no de la solución. Al menos, no de de la solución transformadora y renovadora que exige la superación de la crisis económica, agravada por la crisis financiera de un Estado autonómico que los españoles ya no pueden costear». Vaya, resulta que llevan siete lustros intentando vendernos la moto y ahora resulta que está para el desguace.
Según el editorialista de «Abc», «es necesaria una descentralización de competencias y un acercamiento del servicio público al ciudadano, sin duda: incluso un reconocimiento de las singularidades históricas y linguísticas de determinadas Comunidades; pero es más urgente asumir que el Título VIII de la Constitución ha sido desarrollado más allá de las posibilidades económicas y sociales de España, por el impulso desmedido de aspiraciones nacionalistas insaciables, por un lado, y de una carrera constante por no ser menos que el territorio vecino, por otro. Esta fiesta autonómica se ha acabado y Rajoy está en el momento y el lugar históricamente idóneo para liderar la solución de la cuestión». Se imaginarán cuál es para esta gente «la solución». Servidora tiene claro que ni autonómico, ni mediopensionista. El problema para esta parte de nuestro país es el Estado español, sin más apellidos.