La intención del alcalde de Gasteiz, Javier Maroto, de nombrar a dedo al titular de la Secretaría General del Pleno ha provocado la reacción de toda la oposición del Ayuntamiento gasteiztarra, la cual anunció ayer que si el primer edil no renuncia a su decisión, planteará una moción de reprobación, algo que jamás ha ocurrido en ese Ayuntamiento. PNV, PSE y Bildu denunciaron esa decisión del alcalde, del PP, como una medida que supone «un golpe al funcionamiento democrático» del Ayuntamiento. La intención de adjudicar ese cargo por libre designación y no por concurso, como se hacía hasta ahora, es la última de las que la oposición denominó «muestras constantes de desprecio» al Pleno. Sin embargo, esta pretensión de Maroto de mostrar seguridad y fortaleza no ha conseguido mostrar sino su soledad, fruto de una muy deficiente concepción democrática según la cual, una vez elegido, puede prescindir de cualquier procedimiento democrático. Y no parece muy acorde con esos procedimientos el hecho de que un cargo tan importante sea designado personalmente por un alcalde cuyo grupo cuenta con nueve concejales en un consistorio compuesto por 27.