La comisión de seguimiento del Canal de Navarra, integrada por los gobiernos navarro y español, confirmó ayer el acuerdo para incrementar en un 11,4% la zona regable, para lo que será necesaria una inversión de 42,5 millones de euros en la primera fase para lograr un incremento de 15.275 hectáreas de regadío. En la segunda fase, en cambio, se emplearán 9.000 hectáreas menos de las previstas inicialmente, a pesar de que la creación de regadíos en Erribera fue la principal justificación que se empleó para impulsar la construcción del pantano de Itoitz y del Canal de Navarra.

Junto a ello, ayer también se decidió que el Gobierno navarro entregue a Canasa (la sociedad pública que gestiona el Canal y que está participada en un 60% por el Gobierno español y en un 40% por el navarro) 77 millones de euros entre 2013 y 2026 por los usos futuros de la infraestructura, que serán devueltos entre 2027 y 2040 con un interés anual del 3%.

Es decir, en unos momentos en los que el Gobierno navarro aplica continuos recortes antisociales se ha comprometido a realizar una aportación millonaria para continuar con las obras de una macroinfraestructura cuya viabilidad económica ha sida puesta en cuestión por estudios como el de la profesora de la Universidad de Zaragoza Charo Brinquis.

A esta cantidad hay que añadirle los 8,5 millones de euros que Nafarroa deberá aportar para hacer frente a la nueva inversión de 42,5 millones en la primera fase. El Estado aportará 12,8 millones de euros, mientras que los regantes tendrán que desembolsar un total de 21,5 millones de euros, el 50% de la inversión prevista.

Este planteamiento, sin embargo, no deja de ser un castillo en el aire, ya que muchos agricultores no han podido hacer frente a los costes de explotación de regadío de la primera fase en unos momentos en los que la rentabilidad de sus explotaciones está en cuestión debido al bajo precio de sus productos. No es rentable pasarse al regadío si se tiene que pagar la cuota correspondiente del Canal, estimada en 6.000 euros por hectárea.

Prioritario para Barcina

La presidenta del Gobierno navarro, Yolanda Barcina, junto al director general de Aguas del Ministerio español de Agricultura, Juan Urbano López de Meneses, destacaron ayer en Iruñea que el del Canal de Navarra es «un proyecto prioritario por su incidencia no solo medioambiental y en la población del medio rural, sino también para la economía y el empleo a través de un sector clave como el agroalimentario».

El argumento empleado para reducir las hectáreas de regadío en la segunda fase del Canal de Navarra (en Erribera) es que «ya tienen agua procedente del Canal de Lodosa o están en cotas muy altas y el coste de bombeo es inasumible dado el incremento que ha registrado el precio de la energía para riego».