El Ibex cerró el mes de julio con una caída acumulada del 5,13%, después de que se quebrara la racha alcista de las cuatro sesiones anteriores. La efusiva acogida dada a las manifestaciones favorables por parte de las instituciones europeas, incluido el BCE, a sacar a la deuda soberana del Estado español del atolladero tocó ayer a su fin. Los inversores esperan ahora hechos y no sólo intenciones, una actitud que se reflejó de forma fehaciente con el rebote de la prima de riesgo y de la rentabilidad del bono a diez años. Por tanto, ambas referencias siguen alejadas de parámetros considerados aceptables para la financiación del Estado español y se necesitarán acciones reales por parte del BCE para convertirlas en manejables. Ayer se conocieron, además, la fuerte subida en el déficit del Estado, una fuga de capitales hacia el exterior en cinco meses de más de 163.000 millones de euros y una subida del paro hasta el 24,8% en junio, el más alto de la UE. Este nuevo examen de la situación arrastró al Ibex a la baja. El selectivo español saldrá hoy desde los 6.738,10 puntos, tras caer un 0,94%. En el resto de Europa tampoco hubo alegrías. Londres cedió un 1,02%, París, un 0,87%, y Fráncfort, un 0,03%. Por valores del Ibex, se destacó la bajada de todos los grandes valores. Los peores del selectivo fueron Repsol (-3,70%) e Inditex (-3,14%). En el lado opuesto brilló Bankia al subir un 8,42%, hasta los 0,80 euros. Grifols, Bankinter, Sacyr y Gamesa ganaron más de un 3%. En París, Alcatel Lucent (+6,89%) lideró los avances, frente a Société Générale (-3,61%) y BNP Paribas (-3,25%), los dos peores del día.