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REPORTAJE Evolución de los Juegos Olímpicos

London 1948, cuando los atletas se lavaban su ropa

Integrantes del equipo británico desvelan las diferencias respecto a los anteriores Juegos londinenses.

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Béatrice DEBUT | AFP

«Nola aldatzen diren gauzak, kamarada», -cómo cambian las cosas, camarada- reza el estribillo de una de las canciones más emblemáticas de Hertzainak, y un buen ejemplo de ello lo da Lionel Price que, con poco más de metro y medio de estatura, jugó en el equipo británico de baloncesto en los Juegos de London 1948. «Teníamos que lavarnos los equipajes, era otro planeta», explica el octogenario en el regreso de la cita olímpica a la capital británica por tercera vez.

«Llego a la suela de los zapatos de los jugadores actuales de baloncesto», señala este abuelo riéndose a carcajadas. «En 1948 yo era un aprendiz de contable. Terminaba en la oficina a las 17.30 y comía a la carrera en casa para ir a entrenar al gimnasio. Eso era todo», explica Price a la AFP desde su sofá en su luminoso apartamento de Londres.

«El equipo de hockey sobre hierba fue confeccionado en el último momento, sin poder ni entrenarse casi para los Juegos, con solo un fin de semana para preparar la cita olímpica», recuerda John Peake, atacante derecho de aquel equipo. «Pero todos estábamos en buena forma física», puntualiza el exolímpico de 87 años, que ganó la medalla de plata y asegura guardarla en un lugar seguro. «El metal está ligeramente oxidado, pienso que necesita un baño para recuperar brillo», añade sobre la calidad de la presea que ganó hace 64 años en Londres.

«Éramos amateurs», añade Price, en buena forma a sus 85 años, «tuvimos un entrenador que estaba encargado de la organización, pero eso era todo. Hoy en día tienen preparadores, médicos, dietistas y una Villa Olímpica», explica sobre las diferencias con el deporte actual.

Una ciudad en ruinas

En 1948 Londres era una ciudad en ruinas que se recuperaba de los bombardeos de la guerra y donde, durante la cita olímpica, los atletas dormían en los cuarteles del Ejército y en las escuelas. «Competíamos y después hacíamos puzzles», relata Price al recordar las actividades de ocio de la época, lejos de la era tecnológica en la que se mueven los deportistas actuales.

La época y el lugar eran sinónimo de escasez, pero los atletas británicos tenían «raciones extra, que se distribuían a las personas que realizaban trabajos extraordinarios», rememora Peake. Como miembro del Ejército, el exjugador de la selección de hockey hierba de Gran Bretaña en 1948 tuvo dos semanas de vacaciones, lo que duraban los Juegos, pero otros participantes no fueron tan afortunados.

«Participaba en las carreras y llegaba a casa para descansar, porque al día siguiente trabajaba», comenta Jack Braughton, excorredor de 5.000 metros. «En mi época era solo deporte, ahora es un negocio», añade este anciano de salud ya frágil.

«Hoy en día los jugadores están patrocinados, tienen todo tipo de ropa, nosotros no teníamos nada de nada...», agrega Price. Un ejemplo de escasez es el de la saltadora de natación Edna Child, que incluso tuvo que confeccionarse sus propios bañadores, «cortando las camisetas viejas y adaptándolas a mis medidas», dice sonriente.

Price, por su parte, solo recibió una camiseta con los colores del Reino Unido, un pantalón rojo, un gorro y una pesada chaqueta, que se puso en la ceremonia de inauguración. «Probablemente yo no era un gran jugador, pero soy olímpico, y lo seré toda mi vida», dice entusiasmado, aunque solo ganó un partido en los Juegos de 1948.

«Había un cartel enorme -en el estadio olímpico de Wembley- y decía que lo importante no es ganar, es participar. Esa es mi filosofía», resume Price sobre los valores olímpicos. Con el regreso de la cita a Londres, varios atletas que participaron en los Juegos de 1948 hicieron relevos de la antorcha, como una forma de honrar a los pioneros.

tras la guerra

En 1948 London era una ciudad en ruinas que se recuperaba de los bombardeos de la II Guerra Mundial y los atletas dormían en los cuarteles del Ejército y en las escuelas.

Indumentarias

Edna Child, quwe competía en saltos de natación, rememora que tuvo que confeccionarse sus propios bañadores reutilizando camisetas viejas y adaptándolas a sus medidas.

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