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COMPRA DE DEUDA SOBERANA

El BCE opta por dejar la pelota en el tejado de Madrid y Roma

Draghi deja claro que no van a reactivar ningún programa de compra de bonos hasta que haya una petición formal de ayuda al fondo de rescate. Las bolsas española e italiana y sus primas de riesgo se resienten

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Pablo RUIZ DE ARETXABALETA | GASTEIZ

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, decepcionó las expectativas que él mismo había creado la semana pasada, cuando aseguró que la institución haría «todo lo necesario» para defender la moneda única y que «sería suficiente». En su intervención de ayer, aunque indicó el BCE podría comprar deuda pública de los estados con problemas de financiación y «poner en marcha medidas de política monetaria no convencionales en caso de que sea necesario», no definió ninguna y retrasó su concreción a «las próximas semanas».

Pero sobre todo, Draghi dejó claro a los países con mayores dificultades de financiación que les corresponde a ellos pedir ayuda al fondo europeo de rescate. «Lo primero de todo es que los gobiernos tienen que ir al fondo de rescate europeo. El BCE no puede sustituir a los gobiernos», advirtió Draghi

Es decir, no habrá compra de bonos si los estados no acuden a los fondos de rescate. «Aunque estamos listos para actuar no hay terreno» para ello, destacó.

Condiciones estrictas

Draghi pidió a los gobiernos que estén preparados para recurrir a estos mecanismos -el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y el Mecanismo Europeo de Establidad (MEDE)- , cuando existan riesgos. Pero dejó claro que hacerlo supone una «estricta condicionalidad», es decir, más recortes. «La política monetaria no puede reemplazar la falta de acción gubernamental. La condicionalidad es esencial y la contraparte de esa condicionalidad es el fondo de rescate», indicó

En su última cumbre, los jefes de Estado y de Gobierno de la zona euro acordaron flexibilizar el uso de esa vía para hacer frente a los costes de financiación de Estados como el español o el italiano. Para acceder a ellos, los Gobiernos deberían solicitar la intervención y sellar un Memorando de Entendimiento que les obligaría a respetar toda una serie de obligaciones como los compromisos de reducción de déficit y resolver los problemas de solvencia bancaria.

En este sentido, el presidente del BCE advirtió a los gobiernos que «deben seguir adelante con la consolidación fiscal, las reformas estructurales y la construcción institucional europea con gran determinación».

El presidente del BCE negó que la falta de acciones concretas suponga una marcha atrás sobre la defensa del euro que había prometido y que disparó la euforia en los mercados financieros, sino que «cada cual ha interpretado como ha querido» aquel discurso.

La opción de comprar bonos con esas condiciones recibió el respaldo de todos los miembros del Consejo de Gobierno del BCE excepto de uno. El Bundesbank sigue mostrando sus reservas sobre la compra de bonos. Alemania ya había enfriado las expectativas antes de la reunión del Consejo del BCE. La víspera, publicó una entrevista con su presidente, Jens Weidmann, quien subrayó que el BCE debe «respetar y no sobrepasar su propio mandato» y que los políticos «esperan demasiado» del banco central.

Alemania aplaude

Y ayer mismo Berlín lo dejó claro. El vicecanciller alemán y ministro de Economía, Philipp Rösler, aplaudió la decisión de Draghi de no intervenir en los mercados de deuda en ayuda de los estados español e italiano. Pese a que no es común que el Gobierno alemán comente las decisiones del BCE, Rösler se mostró «totalmente de acuerdo» con Draghi en que para «tranquilizar» a los mercados de deuda resulta «inevitable una decidida política de consolidación y reformas a nivel nacional».

Monti y Rajoy no aclaran

Unas horas después a los presidentes de los gobiernos español e italiano les tocaba responder si pedirán ayuda a los fondos europeos del rescate. Pero no lo hicieron. Se limitaron a tirar de diplomacia y a destacar aspectos positivos de la intervención de Draghi.

El presidente del Ejecutivo italiano, Mario Monti, afirmó que su gobierno deberá antes examinar las modalidades del rescate y si lo necesita o no. «Cualquier consideración es prematura», dijo, aunque en lugar de «ayudas salvaestados» prefirió la expresión «acciones de acompañamiento para evitar primas de riesgos excesivas que cuestan caro al país que emite la deuda».

Añadió que su gobierno «seguirá haciendo lo que tiene que hacer de forma expeditiva y rápida» y excluyó que el recurso al rescate y la aceptación de las condiciones que supone pueda relacionarse con el fin de su legislatura.

Menos concreto fue aún Mariano Rajoy, que ni siquiera contestó a la cuestión planteada hasta en tres ocasiones, a pesar de asegurar que lo había hecho «con meridiana claridad».

En su lugar, prefirió destacar que resulta «reconfortante» escuchar al BCE decir que algunos países están sufriendo «primas de riesgo inaceptables» y que llevará a cabo «operaciones directas en el mercado secundario de tamaño adecuado a sus objetivos y medidas no convencionales de política monetaria».

En cuanto a las condiciones que acarrea el rescate, indicó que seguriá «trabajando para cumplir el compromiso del déficit» y reducir la deuda aunque suponga «tomar medidas duras que no gustan a la mayoría de los españoles». Monti tampoco vio una marcha atrás en la declaración inconcreta de Draghi. Al contrario, le dio más valor al estar respaldada por el Consejo de gobierno del BCE. «Veo continuidad» y «ha aumentado de valor», afirmó.

Esa falta de concreción fue mal recibida en los mercados financieros. Todas las bolsas europeas cayeron, a la vez que repuntaba la prima de riesgo de los países periféricos, que el propio Draghi había hecho bajar con sus anteriores declaraciones. La subida más pronunciada fue la de la prima de riesgo española que llegó a cerrar en 594 puntos, 58 más que en la apertura y situó de nuevo con el interés que el Estado debe pagar por el bono a diez años por encima del 7 %.

Precisamente, ayer el Tesoro español tuvo que colocar 3.132 millones de euros en tres emisiones de bonos pagando más que en ocasiones anteriores, sin el apoyo del BCE.

También se vio afectado el riesgo-país italiano, que al alcanzar 510 puntos superaba la prima de riesgo de Irlanda, un país rescatado que la dejó 482 puntos.

Caen las bolsas

En cuanto a las bolsas, el Ibex 35 se desplomó 5,16 % en la sesión y el MIB italiano, un 4,64 %, en ambos casos las segundas mayores caídas del año. El CAC francés bajó un 2,68 %; el DAX alemán, un 2,2 %, y el FTSE británico, un 0,88 %.

El euro cayó en el mercado de divisas de Fráncfort tras la intervención del presidente del BCE y cotizaba a 1,2159 dólares frente a los 1,2294 dólares a que se negociaba en los últimos intercambios del miércoles.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) respondió ala intervención de Draghi instando al BCE a aplicar nuevas medidas de estímulo monetario para «rebajar tensiones» en la zona euro, y pidió a las autoridades europeas «una completa puesta en práctica» de los fondos de estabilidad.

Por otro lado, Draghi, explicó que «el Consejo de Gobierno de la entidad discutió una posible bajada de los tipos de interés, pero decidió que «no es el momento adecuado».

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