GRONINGEN 2

OSASUNA 2

Joseba Llorente ya ejerce de rojillo. El hondarribitarra arribó a mediodía de ayer a Groningen y cinco horas más tarde ya estaba sentado en el banquillo del estadio de Rolde, aunque no llegó a saltar al césped.

Tampoco estuvo mal para un primer contacto con los nuevos compañeros de Llorente, que aseguró estar «orgulloso de poder jugar con esta camiseta. Vengo sin rencor alguno hacia nadie, ni tampoco vengo a demostrar nada a nadie -aseguró-. Llego a Osasuna a darlo todo. Tengo ganas de empezar con la dinámica de grupo, porque estos tres últimos días han sido largos y al final lo que quieres es normalidad».

En la dinámica entró de inmediato y se unió a los otros 15 rojillos citados por José Luis Mendilibar -el resto de los jugadores disfrutó de la tarde libre tras haber entrenado por la mañana- para disputar el tercer amistoso de la gira holandesa.

Un choque en el que Osasuna fue de más a menos. Dominio, intensidad defensiva y ocasiones fueron suyas en la primera parte. El premio llegó a través de un penalti a Kike Sola. Falló Masoud en primera instancia, pero acertó con el rechace. Un minuto después Zeefuik aprovechaba un mal despeje para devolver el empate al luminoso.

Nada más reanudarse el encuentro era Timor el que aprovechaba un penalti cometido sobre Etxaide para volver a tomar ventaja. Pero con el paso de los minutos, y pese a que pudieron aumentar su renta en algún contragolpe, los navarros fueron acusando el cansancio y su anfitrión pisó el acelerador. Van Dijk empató, pero Osasuna supo defenderse en los últimos minutos para que el resultado no volviera a cambiar.