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Lakua gastó 6,5 millones en un plan de convivencia de efecto desconocido

La evaluación del «Plan de Convivencia Democrática y Deslegitimación de la Violencia (2010-2011)» recoge que se ha gastado prácticamente todo lo presupuestado, que en el caso del Gobierno de Lakua asciende a 6,5 millones de euros. Pero, sin embargo, el informe no puede valorar los efectos de dicho plan, aduciendo que estos han de analizarse a más largo plazo. La auditora propone como útil un nuevo sondeo sobre «cultura democrática» comparable al de 2010.

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Iñaki IRIONDO | GASTEIZ

El dinero está gastado, las subvenciones otorgadas, los programas de ETB emitidos, se ha conseguido que algunas víctimas ofrezcan su testimonio en algunas escuelas y se ha tenido a empresas de limpieza ocupadas en la retirada de pancartas y carteles. Por ese lado, la evaluación del «Plan de Covivencia Democrática y Deslegitimación de la Violencia», que el Gobierno de Patxi López puso en marcha de acuerdo con su pacto con el PP, es la de objetivo cumplido.

Sin embargo, a la hora de conocer el efecto real que todo ese dinero gastado ha tenido en la ciudadanía de la CAV, la firma auditora, Cidec, concluye que no lo sabe. «Para valorar los impactos de las medidas del Plan, y especialmente de aquellas más significativas, sería necesario el transcurso de un tiempo superior, así como realizar un enfoque de evaluación específico para medir dichos impactos».

Y añade que «es difícil cuantificar el potencial impacto positivo del Plan en la evolución de la posición de la sociedad vasca respecto a la violencia en un momento en el que se están produciendo cambios tan significativos. Los avances habrá que medirlos de forma rigurosa, a través de distintos medios, entre los que resultaría útil un próximo sociómetro de cultura democrática que comparará los mismos ítems valorados en el 2010».

Gasto total de 7.581.773 euros

La llegada del PSE al Gobierno de Lakua en el años 2009 supuso una reformulación del «Plan Vasco de Educación para la Paz y los Derechos Humanos (2008-2011)» que, en virtud del nuevo enfoque, se convirtió en el «Plan de Convivencia Democrática y Deslegitimación de la Violencia (2010-2011)», modificación que conllevó una importante controversia política.

El coste de este nuevo plan, inscrito abiertamente por Lakua en su estrategia de «lucha contra el terrorismo», ha ascendido a 7.581.773 euros. De ellos, el 85% ha corrido a cargo del Gobierno autonómico, que ha gastado 6.449.991. La Diputación de Araba ha puesto 194.915 euros; Bizkaia, 469.867 euros, la mayoría en acciones mantenidas del plan del tripartito; y Gipuzkoa gastó 467.000 euros, en acciones relacionadas con los derecho humanos y antes de la llegada de Bildu al poder.

Más de la mitad del presupuesto gastado por el Ejecutivo de Lakua en los años 2010 y 2011 ha ido al capítulo de limpieza de pancartas y carteles, en lo que se han gastado 1.616.720 euros (que son 154.220 más de los previstos); y en subvenciones a asociaciones siempre del mismo signo, para lo que han empleado 2.164.150 euros.

Un plan que acabó en el año 2011 y que nadie parece echar de menos

Como se recoge en su titulo, el «Plan de Convivencia» tenía un plazo temporal concreto: el bienio 2010-2011. Por lo tanto, el plan se cerró formalmente el 31 de diciembre del pasado año y no ha sido sustituido por ninguna otra iniciativa concreta que le dé continuidad formal.

Desde el Ejecutivo de Lakua se ha aducido que diversas iniciativas que se están desarrollando en el marco de la iniciativa «2012 Año de las Culturas por la Paz y la Libertad» suponen una continuación del plan, así como otras propuestas que se están desarrollando desde el Parlamento en el ámbito de la paz, la convivencia y la memoria. Desde el punto de vista del Departamento de Educación, la consejera Isabel Celaá sostiene que el llamado «Compromiso del Carlton», firmado el 30 de diciembre de 2011 por distintos agentes del mundo de la educación, al que se sumaron otros en mayo de 2012, es también una fórmula de continuidad. El «Compromiso del Carlton», que está centrado más en el ámbito de los derechos humanos que de la proyección antiterrorista que Lakua introdujo en el «Plan de Convivencia», no cuenta con el apoyo de la mayoría sindical formada por ELA, LAB y STEE-EILAS.

El «Plan de Convivencia», que el Gobierno de Lakua pretendió que fuera una de sus estrellas de la legislatura, ha languilecido sin que ni siquiera sus promotores lo reivindiquen de manera clara. De hecho, Lehendakaritza remitió la evaluación del plan por correo electrónico, junto a las resoluciones del Consejo de Gobierno del 24 de julio, sin una exposición pública.

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