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Fede de los Ríos

Qué mala es la calor

¿Lo entendéis, queridos?, el «déficit democrático» del Estado no es fruto de una no ruptura y falta de depuración con relación al anterior régimen franquista; tampoco por ser una institución al servicio de la clase en el poder. La culpa del déficit democrático es por la malvada ETA

Declara el inefable Munilla, obispo de Donostia, que la crisis que asola la economía es consecuencia... ¿de la burbuja inmobiliaria? ¿De la especulación financiera? ¿De una economía subsumida por el Capital? ¿De la sobreproducción de mercancías sin planificación? Qué va, qué va, la crisis es fruto de un pecado del que todos somos cómplices. ¿Y cuál es el pecado por todos cometido? La pérdida de valores cristianos, queridos míos, y el preferir el tener al ser ha hecho que caigamos en el fraude y el dispendio. Pero como José Ignacio, Su Ilustrísima, no solamente es un hombre de Dios que separa el bien del mal y el grano de la paja, sino que como pastor se debe a su rebaño, ha indicado la forma de volver a limpiar las mancilladas almas de los guipuzcoanos: la austeridad del ahorro y la generosidad de donar la paga extraordinaria de verano a la Iglesia católica para socorrer, así, a los más necesitados. ¿Veis qué sencillo, gentes de poca fe? ¡Si es que os ahogáis en un vaso de agua!

Tranquilizados en lo económico con José Ignacio velando su rebaño noche y día, otras almas, más bellas si cabe, realizan análisis sociales a fin de mejorar la convivencia entre las gentes «vasconavarras». Son los pluriidentitarios, interculturales, transversales y reconocedores del otro, miembros de Batzarre con su ínclita Milagros Rubio al timón de la nave. El documento donde exponen la situación en la que se encuentra la izquierda abertzale, sus causas, su destino, qué hacer con sus miembros y con los presos lleva por título «Nuestro punto de vista sobre el final de ETA» (consultar en internet).

Después de una autocrítica por un pasado, ya lejano, anclado en el radicalismo de los ochenta y en categorías antifranquistas, donde la violencia revolucionaria era bien vista y se apostaba, de manera simplista, por la democracia directa frente a la democracia representativa, donde primaba lo político frente a lo ético... que hizo que apoyaran a la izquierda abertzale (IA) y se contaminarán de su maldad, diéronse cuenta de todo y con la lucidez del converso quieren hacernos llegar la buena nueva: la necesidad de «desdogmatizarnos» como ellos han hecho para «superar el déficit democrático sufrido por el sistema político en la necesaria lucha contra ETA por parte del estado democrático de derecho y combatir el `relato' de la IA para que las actuales y futuras generaciones sepan que ETA ha causado mucho sufrimiento».

¿Lo entendéis, queridos?, el «déficit democrático» del Estado no es fruto de una no ruptura y falta de depuración con relación al anterior régimen franquista, tampoco por ser una institución al servicio de la clase en el poder. La culpa del déficit democrático es por la malvada ETA y la pérfida izquierda abertzale. Así que nada de amnistías ni crímenes sin resolver, lo que sería un escarnio para las víctimas. Que la ley (democrática, por supuesto) caiga sobre los infractores.

No es punto de vista, es cosmovisión. A UPN y al PP los denominan fuerzas de centro-derecha.

Qué sería sin las ocurrencias de Mosén Munilla y la hermana Milagros. Gracias a ellos se hace soportable la canícula.

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