Cientos de personas asistieron ayer a las siete de la tarde a la basílica de Santa María de Portugalete para dar el último adiós a Leire Gutiérrez-Barquín, la joven de 28 años natural de esta localidad que murió el pasado viernes apuñalada en una nave industrial en Sámano, pedanía del municipio cántabro de Castro.

Tras localizar su cuerpo sin vida se encontró ahorcado en su domicilio de Castro a un varón de 22 años, identificado como S.V., que trabajaba para la familia y al que se le considera presunto autor de la muerte.

Unas horas antes del funeral tuvo lugar una concentración en Abanto, población en la0 que la fallecida residía junto a su madre y hermanos. El acto, convocado por la Coordinadora de Mujeres de Margen Izquierda y Zona Minera, se prolongó durante diez minutos y estuvo presidido por una pancarta con el lema «Miles de razones contra la violencia sexista».

En representación de la Coordinadora, Maite Quintana dio lectura a un comunicado en el que manifestó su «más absoluta repulsa por la muerte violenta de Leire», y señaló que «los asesinatos a las mujeres son la evidencia más brutal de la desigualdad entre hombre y mujeres en esta sociedad», lo que es a su juicio «responsabilidad toda la sociedad».

Tras hacer un llamamiento a la «tolerancia cero frente a la violencia ejercida contra las mujeres», la portavoz de este colectivo señaló que «para avanzar en la erradicación de la violencia contra las mujeres, es necesario propiciar cambios profundos, que nos empujen hacia una sociedad más igualitaria». Por ello, animó a toda la ciudadanía a que manifieste «su rechazo ante todas las fuerzas de violencia que se ejerza contra las mujeres».