CRíTICA rock
Notable noche de música en el singular Bakio Sounds
Pablo CABEZA
El Bakio Sound se celebra en el exterior del Bar 01, situado a unos tres kilómetros del centro de Bakio. El espacio reúne las condiciones idílicas para una noche de verano y, además, musical. El local es un amplio baserri rodeado de verde y diversas terrazas, tanto internas como externas. En uno de esos recodos es donde se celebra el encuentro musica Bakio Soundsl, rincón que también sirve de zona reservada para los músicos.
La tarde del pasado sábado se mostraba malhumorada, nubes apretadas y clara amenaza de que podía llover algo, de hecho hubo unos momentos de fino sirimiri. Llegamos al Bar 01 tarde, justo cuando ya concluía su actuación Joseba Irazoki. Nos tocó situarnos y poner un poco la oreja, los comentarios absolutamente positivos, de admiración. Aprovechando el cambio de instrumentos entre grupo y grupo aprovechamos para saludar al músico de Bera. Le interrumpimos en la zona reservada. Se está comiendo vorazmente uno de los sabrosos bocadillos que sirve la organización, en realidad la cocina el Bar 01. Tiene hambre o las mandíbulas de tiburón. Nos da pena cortarle un momento tan feliz, pero allá vamos. Nos recibe, como siempre, con una sincera y explícita sonrisa, pocos músicos son tan afables como él. Nos comenta que está grabando material para un single otoñal dentro de un proyecto en el que él toma el papel de hombre orquesta. Vamos, que pronto le veremos en escena tocando la guitarra y dándole a la percusión con el pie. Además también tiene una nueva aventura con un batería. Asimismo continúa con sus diversas colaboraciones e inquietudes.
Señores ya están en escena. Vemos músicos de Yo, náufrago. La banda lleva poco más de un año rondado. Rock alternativo, rasguños de emocore e intensidad emocional. Terminada la enérgica actuación charlamos brevemente con Julen ex-Simca y Yo, náufrago, quien nos comenta que la despedida del grupo será en Bilborock en esta Aste Nagusia. Una lástima, pero así de voraz y dinámica es la flora local.
En escena se encuentran los navarros Wilheim and the Dancing Animals. Acaban de publicar su cedé «The war of the species», uno de los mejores discos del año. Los problemas técnicos son infinitos. La espera se va más allá de la hora. Pero, al final, las cosas se solucionan parcialmente y adelante con el concierto: neo-folk indie donde las melodías y tonadas armónicas se cruzan con sonidos electroacústicos entre el pop y el rock. Juegan con dos voces: Guille y Helen (en la imagen) más mandolina, guitarra y sección de ritmo. Durante las pruebas hubo momentos de verdadera crispación, pero la banda de Iruñea demostró paciencia y comprensión, ya que en el concierto agradecieron al equipo técnico el esfuerzo realizado. La verdad es que sudaron lo suyo.
Finalizada la actuación, seguida con interés desde abajo, la percepción de Guillemo, voz, guitarra y percusiones es agridulce, pero, en el fondo, están contentos. todo fue de menos a más. Tienen habitaciones reservadas, no hay que viajar, y quizá el domingo puedan bañarse en la playa. Un buen plan de fin de semana. «Nosotros por si acaso nos hemos traídos los trajes de baño», comenta Guille, aún con la moral un poco baja. En cualquier caso, ha sido un placer poderles ver y contrastar que el proyecto es muy atractivo.
El final de noche fue para Belako. A Ximun (voz, guitarra, bajo...) le ha gustado el proyecto Wilhem, pero ellos tienen también muchos recursos. Son muy jóvenes y ya tocan con técnica. En un par de meses han repartido mejor los roles y hay más complicidad entre ellos. Una vez más, cautivaron a todos con sus canciones descarnadas, su mezcla de paz y guerra. Belako acaban de concluir en los estudios Gaua su primer álbum.