FÚTBOL FEMENINO Semifinales
La reacción gala se topa con la efectividad japonesa
Francia acortó distancias en un segundo tiempo vibrante, pero erró el penalti que le habría dado el empate.
FRANCIA 1
JAPÓN 2
GARA | LONDRES
Sueño y pesadilla. El que puede cumplir Japón si añade el oro olímpico al título mundial que conquistó el año pasado en Alemania y la que, sin duda, sobresaltará durante las próximas, muchas, noches a Bruno Bini y sus jugadoras.
Porque Francia lo hizo todo para acceder a su primera final, pero le faltó lo más importante, marcar. Sobre todo en una segunda parte fulgurante, en la que le tocó reaccionar ante la doble ventaja nipona, el equipo bleu acumuló ocasiones suficientes como para asegurarse la medalla con una goleada de escándalo. Pero le faltó precisamente lo que encumbró a su rival: 4 disparos a puerta necesitó Japón para anotar dos goles; con 22, Francia solo pudo celebrar uno. Y eso que el equipo de Bini llegaba a la cita como el más goleador del torneo y Japón como el menos realizador de los cuatro semifinalistas.
Pero las nadeshiko también destacan por su seguridad, por su cabeza fría y por su buena lectura de los partidos. Si a eso se le añade el regalo de Bouhaddi a la media hora de partido, el camino se simplifica. Y es que hasta entonces, Japón había dominado pero no se había acercado a la portería gala ni una sola vez. Pero la guardameta del Olympique convirtió un lanzamiento de falta lejano en ocasión clarísima, al escapársele el balón de las manos, que Ogimi no desaprovechó. Nada más comenzar el segundo tiempo, Francia recibía el segundo mazazo al cabecear el 2-0 Sakaguchi en una acción de estrategia.
Entonces sí sonaron los tambores de guerra. Bini dio entrada a su pareja más explosiva -máximas goleadoras de la Liga francesa y de la Champions League-, Le Sommer y Abily, y a Japón le tocó sufrir. De lo lindo. Bussaglia, Franco, Delie, Abily, Thomis... Prácticamente todas las jugadoras francesas probaron hasta que, en el 76, acertó Le Sommer, con una preciosa semivolea a centro de Thomis.
Solo tres minutos después llegaba la jugada clave del encuentro. Un penalti sobre, cómo no, Le Sommer, que Bussaglia fue incapaz de transformar. Todavía sufrieron las niponas -aunque Ogimi envió al palo lo que hubiera sido la sentencia-, que no pudieron respirar hasta que el árbitro no hizo sonar el silbato allá por el minuto 94, pero a Francia se le había escapado ya su gran oportunidad.
