Estados Unidos defenderá el título olímpico en la final ante su verdugo en el último Mundial. Por los pelos, porque el equipo de Pia Sundhage tuvo que remontar en tres ocasiones y esperar hasta el descuento de la prórroga para derrotar a Canadá, que estuvo en un tris de dar la sorpresa.

En tres ocasiones se adelantaron las canadienses, siempre con la pareja Tancredi-Sinclair como protagonista. Y en otras tantas empató su rival -aunque el penalti que marcó Wambach fue como mínimo dudoso- para llegar con tablas al noventa.

La igualdad se mantuvo y la tensión de multiplicó en la prórroga. Estados Unidos se adueñó de la suerte del campeón y pasados ya tres minutos del 120, un cabezazo de Alex Morgan decidió el choque.

Por primera en la historia sin representantes europeos, las semifinales de fútbol masculino pueden dejar aún más novedades. Corea del Sur y Japón tienen la posibilidad de convertirse en los primeros equipos asiáticos que acceden a la final olímpica.

Aunque para eso deberán derrotar a los favoritos. Al equipo coreano le toca pelear con Brasil (19.45, horario EH), que no solo llega con el habitual puñado de estrellas, sino también con la convicción de que Londres subsanará toda una anomalía histórica: nunca ha conseguido el oro olímpico el país del fútbol, el mismo que colecciona Mundiales y Copas América. «Estamos sobrellevando bien la presión», asegura Mario Menezes. No hace falta que lo jure; Brasil ha ganado sus cuatro encuentros, anotando tres goles en cada uno. Su rival parte con una motivación añadida: en caso de medalla, sus jugadores se librarán de cumplir dos años de servicio militar.

En la otra semifinal (17.00), México busca venganza histórica ante Japón, que logró su única medalla en 1968 en el país azteca. Fue de bronce y la obtuvo derrotando, precisamente, a los locales, que nunca han mejorado esa actuación.