atletismo Cuarta jornada
La fiesta se instala en el Caribe
Los jóvenes Kirani James y Luguelin Santos dominan un 400 metros sin estadounidenses y abundancia de latinoamericanos. Félix Sánchez rememora sus mejores momentos con un nuevo oro en los 400 vallas. Suhr niega a Isinbayeva el tercer título en pértiga.
GARA
La rusa Yelena Isinbáyeva, plusmarquista mundial de pértiga, acudía a Londres con la intención de ser la primera mujer en la historia del atletismo que encadenaba tres oros olímpicos, pero fue destronada por la estadounidense Jennifer Suhr y a duras penas obtuvo el bronce.
La jornada, de resaca tras la gesta ayer del 'relámpago' Bolt, fue apoteósica para Latinoamérica, que ganó cuatro medallas en atletismo y alcanzó la cifra de 500 en la historia olímpica.
Los dominicanos Félix Sánchez y Luguelín Santos, el puertorriqueño Javier Culson y la cubana Yarisley Silva firmaron na de las fechas más brillantes del atletismo latinoamericano.
"Súper Félix" reverdeció los laureles que le llevaron a lo más alto del podio hace ocho años en Atenas, y se colgó su segundo oro en los 400 metros vallas, por delante del gran favorito, Javier Culson, que con la plata da la primera medalla en este deporte a Puerto Rico.
La segunda gran alegría para los dominicanos llegó de la mano de Luguelín Santos en los 400 lisos. Hace pocas semanas se proclamó campeón júnior de la distancia en Barcelona y con 18 años se consagró con la plata y solo cedió ante el campeón mundial, el granadense Kirani James (43.94). La fiesta caribeña en el estadio se completó con la cubana Yarisley Silva, primera pertiguista de su país que logra una medalla olímpica, la plata y por delante de Isinbayeva.
La segunda juventud de Sánchez
A sus casi 35 años, el dominicano Félix Sánchez volvió a correr como no lo había hecho en los últimos 8 años, desde que fuera campeón en Atenas, y consiguió su segundo oro olímpico, con 47.63, mejor crono mundial de la temporada. Las lágrimas del veterano atleta en el podio, enormemente emocionado, eran el fiel reflejo de todo lo que ha tenido que sufrir en este período de tiempo, en el que las lesiones no le han permitido rendir a su mejor nivel, pero ayer todo eso quedó atrás, con la vuelta de «Super Félix», aquel que dominó la prueba con tremenda autoridad.
El puertorriqueño, que corrió por la calle siete, tuvo una buena puesta a punto, se mantuvo en la cabecera de la prueba hasta que en la última recta remató poderoso para superar al puertorriqueño Javier Culson, gran favorito, quien pagó caro el esfuerzo previo y acabó por caer hasta el bronce con 48.10 ante la progresión del estadounidense Michael Tinsley (47.91), plata.
Con esta victoria Félix Sánchez emula el éxito de Angelo Taylor -oro en Beijing-, que también ganó dos títulos olímpicos con ocho años de diferencia, en su caso en Sydney'00 y Beijing'08.
Dai Greene, actual campeón mundial y uno de los grandes ídolos del atletismo británico del momento, se tuvo que conformar con la cuarta plaza.
La estadounidense Jennifer Suhr extendió a la final olímpica de pértiga su racha victoriosa de la temporada y con una marca de 4,75 negó a la rusa Yelena Isinbáyeva un tercer título consecutivo sin precedentes en el atletismo femenino.
Isinbáyeva, con un mejor salto de 4,70, tuvo que conformarse con la medalla de bronce, derrotada también por la cubana Yarisley Silva, que igualó el salto de la vencedora. Un nulo con el listón en 4,45 la relegó al segundo puesto.
Subcampeona en Pekín 2008 y segunda en el ránking de todos los tiempos con 4,92, Suhr llegó a Londres sin una sola derrota esta temporada y con un registro de 4,81. La medalla de bronce no devuelve su antiguo prestigio a la "Zarina", ni le redime de los fracasos que ha cosechado en los tres últimos años.
A la vista de su reciente fracaso en la reunión de Mónaco, donde no pudo con su primera altura (4,70), Isinbáyeva empezó a competir hoy en 4,55 y aun así derribó el listón a la primera. Despreciando esa altura, se dejó los otros dos intentos para los 4,65, que superó con holgura.
En 4,45 metros, la primera que intentaba, se había despedido la polaca Anna Rogowska, campeona mundial en 2009. Dominaba la prueba, con dos saltos impecables (4,55 y 4,70), Jennifer Suhr.
La altura de 4,70 seleccionó a las tres medallistas. Suhr, Isinbáyeba y Yarisley Silva fueron las únicas que se elevaron sobre la barra, aunque la alemana Silke Speigelburg se dejó, inútilmente, dos intentos para los 4,75. Suhr cometió su primer fallo en 4,75, pero superó esa altura a la segunda, lo mismo que Silva, en tanto que fracasaba Isinbáyeva.Plusmarquista mundial con una marca de 5,06 metros y ganadora de dos de las tres finales olímpicas que se habían disputado hasta hoy, Isinbáyeba se tomó un año sabático después de ser eliminada en los Mundiales en sala del 2010 sin hacer una sola marca, aunque este año había vuelto a batir su récord mundial en pista cubierta, el número 28 de su colección (5,01), y había ganado el título mundial bajo techo.
Lejos del calor antillano, los 3000 obstáculos femeninos siguen siendo rusos, ya que Yuliya Zaripova relevó a su compatriota Gulnara Galkina, vencedora en Beijing, y que no pudo concluir la prueba tras retirarse a falta de tres vueltas por problemas físicos. Zaripova consiguió además esa siempre dificilísima triple corona -campeona de Europa, mundial y olímpica- tras una gran exhibición en su final.
Zaripova, campeona del mundo el año pasado en Daegu, confirmó que es la dominadora absoluta de la disciplina, utilizando una táctica similar a la que empleó en Corea del Sur. La rusa imprimió un ritmo impresionante a partir del paso por el primer kilómetro, para terminar agotando a sus rivales en la última vuelta de la carrera, con sus perseguidoras lejos.
La tunecina Ghribi quedó en el mismo lugar que en 2008, segunda, hincando la rodilla una vez más ante la rusa, pero logrando la primera medalla femenina para su país. La etíope Sofia Assefa fue bronce, en apretadísimo sprint con la keniata Milcah Chemos Cheywa.
Fin a la racha de Adams
La bielorrusa Nadezhda Ostapchuk derrocó a la dominadora del lanzamiento de peso en el último lustro, la neozelandesa Valerie Adams y se proclamó nueva campeona olímpica con una magnífica marca de 21.36.
Ostapchuk, líder universal del año con 21.58, acabó con el reinado de la atleta kiwi con una serie realmente espectacular en la final. Acabó la primera ronda tercera con 20,01, tras Adams (20,61) y la china Lijiao Gong (20,22), pero en la segunda lanzó hasta 21.31 y cerró la final en la tercera con 21,36.
Adams intentó mantener la corona, en el tercer tiro logró 20,70, pero solamente le valió para resguardar el subcampeonato y su primera derrota en una gran competición desde los Mundiales de Helsinki'05.
Para abrir boca en un Estadio Olímpico que volvió a registrar una gran entrada, se disputaron las primeras clasificatorias del doble hectómetro femenino, donde las estadounidenses Sanya Richard-Ross, oro en los 400, Carmelita Jeter y Allyson Felix pasaron a semifinales, dominando sus series con gran autoridad. La marfileña Murielle Ahoure, la ucraniana Mariya Ryemyen y la jamaicana Shelly Fraser-Price parecen, visto lo visto, sus mayores amenazas.
Tres nuevos casos de dopaje
Mikel Odriozola tendrá un rival menos el sábado en los 50 kilómetros marcha. Se trata del italiano Alex Schwazer, oro en Beijing y excluido por el Comité Olímpico de su país por un asunto de dopaje. Schwazer ha anunciado su retirada. «Mi carrera está terminada».
Sally Pearson domina los 100 metros vallas sin concesiones. La australiana solo ha perdido dos carreras en dos años, la última el pasado 14 de julio en Crystal Palace, un lugar ubicado precisamente a las afueras de Londres. Como si quisiera
desmentir esa teoría de que vales lo que dictan tus últimos resultados, la australiana salió como una flecha por la mañana para registrar el mejor tiempo con unos brillantes 12.57, segunda mejor marca en unas series olímpicas.
«Estaba un poco nerviosa, así que ahora estoy contenta de como he empezado», admitió esta vallista singular. Elegida mejor atleta en un 2011 providencial que le dio el oro mundial y casi el récord del mundo en el certamen de Daegu, en manos de la búlgara Donkova desde 1988, la atleta aussie quiso experimentar este invierno. En Estambul se atrevió con una distancia menor como los 60 metros vallas en los que rozaba la inexperiencia y se colgó el oro indoor.
Ayer, Pearson puso la cara feliz a las rondas preliminares, mientras su antecesora en Berlín'2009, Brigitte Foster-Hylton, se deshacía en lágrimas. La jamaicana, una atleta experimentada de 37 años que vivía sus cuartos Juegos, se golpeó en mitad del recorrido, llegó casi parada a la meta y ni su puesto ni su marca le permitieron avanzar. Llorando en el suelo, inconsolable, ni siquiera las palabras de Lolo Jones lograron calmarle.
Hubo más lágrimas. Genzebe Dibaba, hermana pequeña de la triple campeona olímpica la gran Tirunesh, que este invierno inauguró su palmarés internacional, de momento no podrá ampliar el medallero familiar tras lesionarse en las series de 1.500. GARA