«El Bayern puede permitírselo», sentenció, como jactándose, ayer, el kaiser Franz Beckenbauer, presidente de honor del Bayern Múnich. Pero el club bávaro aún no ha dejado ver esos, al menos, 40 millones de euros que dice tener dispuestos para pagar la cláusula de Javi Martínez, sin contar los que Hacienda le reclamará al jugador. La cifra resulta mareante hasta para la saneada entidad alemana, ya que supondría todo un récord del fútbol alemán por un jugador, además, que apenas ha jugado 45 minutos como campeón del mundo y de la Eurocopa. Por aportar un dato de lo que en Alemania e, incluso, entre la propia afición muniquesa representa el anuncio de este desembolso: es el doble del presupuesto anual de salarios de los futbolistas del Maguncia 05, otro equipo de la Bundesliga.

La madrugada del viernes, el periodista alemán del diario ``Bild'' que cubre la información del Bayern, adelantó en el programa nocturno ``Futboleros'' de Marca TV que este viernes el club alemán haría oficial el fichaje del jugador navarro. Curiosamente, ``Bild'' no informaba sobre ello en su edición de ayer. Un dato más que revela la jungla de rumores y especulaciones en la que está envuelta esta operación. Incluso otro medio de comunicación germano adelantó el jueves que la llegada de Javi Martínez a Múnich facilitará la de Pep Guardiola como técnico la próxima temporada.

Y mientras allí el anunciado fichaje copa los mentideros futbolísticos -en Alemania, tradicionalmente, se ha apostado siempre por jóvenes valores locales y no por estrellas foráneas-, en la capital bilbaina el silencio es absoluto. La postura del club de Ibaigane está clara: no facilitará la salida del jugador, no negociará y nunca habrá traspaso. Será el jugador quien deba dar el paso y decir, como Fernando Llorente, que se va, un gesto que se producirá cuando deposite en la Liga la astronómica cifra de su fichaje.

En principio, se barajan esos 50 millones de euros, pero también se habla de unos cuantos millones más. Esa es la parte que el Bayern parece resistirse a pagar de más, porque el acuerdo con el jugador navarro es total. Lo mismo que la necesidad de los bávaros, que con un Bastian Schweinsteiger presa de contionuas lesiones, y una medular donde solo tiene a Luiz Gustavo y a Tymoschuk, insuficientes para el Bayern campeón por el que ha aspostado la entidad.

Mal ambiente ayer en Lezama

Y mientras en Ibaigane preside el lógico silencio, en Lezama ayer, pasó lo que podía pasar, por mucho que como dijese el presidente rojiblanco hace unos días, el Athletic es diferente. En la grada del campo 2 se dieron cita algunas decenas de aficionados habituales en el fondo norte de La Catedral, y que colgaron una pancarta que rezaba: «Mercenarios kanpora».

Los jugadores tardaron cuarente minutos en saltar al césped, tiempo en el que dicho grupo aprovechó a lanzar gritos -«peseteros, hijos de...», «esa camiseta no la merecéis», «Athletic sin mercenarios» o «Llorente, vete ya»,- dirigidos a los dos jugadores en el ojo del huracán -«españoles», llegaron a gritarles-. Cuando los futbolistas aparecieron, los gritos se tornaron también en insultos, se lanzaron incluso dos bengalas, y la situación se volvió muy tensa. Media hora después, el citado grupo de seguidores abandonó Lezama y el entrenamiento discurrió con total normalidad.

Le tocó lidiar en sala de prensa a Aritz Aduriz, quien asumió que «evidentemente no es el mejor ambiente para entrenar y preparar un partido dentro de dos días», y que se limitó a responder sobre sus dos compañeros, que «están en el grupo, son gente excepcional y supongo que estarán bastante afectados con el tema; pero les veo más o menos como siempre, entre comillas, siempre con la intención de ayudar dentro del vestuario».

El delantero donostiarra hizo un llamamiento a la afición: «Siempre se ha portado de sobresaliente, no tengo ninguna duda que lo hará el domingo y entenderá la necesidad de apoyarnos y de, entre todos, ganar el partido». La Catedral espera.