Udate
Ana Curra regresa a la escena marcada por la libertad de su historia
P. CABEZA | BILBO
A finales de los setenta comenzó a fraguarse en unos cuantos puntos de Iberia una escena musical que rompía con todo lo conocido. El pop se volvía descarado y transgresor, aunque sin demasiados condicionantes políticos. Tampoco el punk los aportó con claridad, pero sí desde su anarquía y sentido libertario. Unos y otros, influidos por los colores y la ruptura social llegada desde Londres y Nueva York, principalmente, condujeron al surgimiento de diferentes movidas, una de ellas la madrileña, con la templista (pianista de carrera) Ana Curra como una de sus musas.
Ana perteneció a Parálisis Permanente, Alaska y los Pegamoide, Los Vengador y Serás Vacíos. Todas las formaciones repletas de personalidad, más el halo negro que aportaba su imagen y su música.
Ana Curra (quinteto) actúa hoy en Kafe Antzokia de Bilbo a partir de las 21.30.