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CONSECUENCIAS DE LA POLÍTICA PENITENCIARIA

La prolongación del caso Uribetxebarria pasa factura al PP

Asociaciones de víctimas de ETA y sindicatos policiales también cargan contra el Gobierno por un asunto que pudo solucionar antes sin tanto coste. El preso confirma que seguirá en huelga hasta ser excarcelado

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R.S. | BILBO

El caso de Iosu Uribetxebarria, que el Gobierno español pudo haber resuelto en tiempo y forma sin mayor dificultad, se le ha convertido ahora en un problema serio, tanto externo como interno. Al enfrentamiento evidente con quienes en Euskal Herria y el ámbito internacional no entienden cómo se puede retener preso a un enfermo terminal se le suman ahora las contradicciones creadas en su en- torno por el tercer grado otorgado el viernes, en teoría primer paso hacia la excarcelación.

La decisión de Instituciones Penitenciarias ha abierto la mayor brecha producida hasta ahora con colectivos como la AVT, cuya presidenta despotricó ayer tanto contra el Gobierno como contra el juez encargado del caso, Santiago Pedraz. Al primero le amenaza con que las víctimas de ETA también podrían recurrir a la huelga de hambre si no se atienden sus exigencias -en este caso, que Uribetxebarria siga preso hasta que fallezca-. También le pregunta «qué más quiere para ilegalizar a Bildu y Amaiur, ¿que cojan un arma para demostrar que son de ETA?». En cuanto a Pedraz, le acusa de haber prohibido la manifestación de Herrira en Bilbo de ayer a modo de compensación porque «sabía que iban a conceder el tercer grado». Y dice que «se ha reído de las víctimas» al no impedir el acto celebrado ayer por el Acuerdo de Gernika.

Pedraza no es la única. La presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundua, dice que «una cosa es la aplicación de la ley sobre un sujeto que tiene una serie de derechos, pero todo lo que hay alrededor, incluido su propio comportamiento, son una burla al sistema».

Pagazaurtundua se ensañó igualmente con la movilización de ayer, afirmando que «se trata a ETA con mucha delicadeza cuando siguen con una arrogancia extrema». Y en consecuencia exigió al Gobierno español y los partidos «la máxima firmeza».

Los sindicatos policiales también se lanzaron a la yugular de las instituciones españolas. El portavoz del Sindicato Unificado de Policía, José María Benito, admitió al menos que Interior «ha cumplido la ley», pero se quejó de que «tenía argumentos para no haberlo excarcelado» y concluyó que ha aceptado «el chantaje de la huelga de hambre». Otro tanto opina Antonio Ladrado, de la Confederación Española de Policía, para quien es positivo que la Fiscalía plantee si Uribetxebarria puede seguir en la cárcel y ser tratado allí del cáncer terminal.

Tras todo ello, el sindicato ultra Manos Limpias anunció en una nota que estudiará acciones legales contra el Gobierno español. Lo mismo hizo en su día contra José Luis Rodríguez Zapatero por dialogar con ETA o contra Juan José Ibarretxe, Patxi López, Rodolfo Ares y cinco repre- sentantes de la izquierda abertzale por celebrar reuniones políticas. La primera iniciativa fue tumbada por el Supremo, pero con la segunda consiguió sentarles en el banquillo, aunque solo fuera para la fotografía.

A todo esto, el PP no para de justificarse. Antonio Basagoiti indica que «uno no hace lo que le pide el cuerpo, sino lo que dicen la ley y la democracia».

El preso lleva doce días de huelga y el ayuno sigue también fuera

Mientras la polémica política y la tormenta mediática arrecian en el exterior, en una habitación del Hospital Donostia Iosu Uribetxebarria sigue consumiéndose por la enfermedad y por la huelga de hambre. Con el de hoy serán ya doce días de ayuno. Los últimos datos indicaban que había perdido ocho kilos y que su debilidad era manifiesta. El próximo parte médico llegará mañana.

Las personas que ayunan en solidaridad en el exterior del Hospital Donostia confirmaron ayer en el acto de Bilbo que Uribetxebarria seguirá con la huelga de hambre hasta que sea excarcelado. Otro tanto hacen ellos, por lo que su deterioro físico resulta notorio para los periodistas que siguen a diario este caso. Pese a ello, y a la ola de calor, ayer acudieron al acto de Bilbo, igual que hicieron una semana antes con la manifestación de Donostia. Y se despidieron con una frase cargada de convicción: «Lortuko dugu», y la señal de los dos dedos que lo simboliza. R.S.

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