Guillermo Perea Militante de la izquierda abertzale y del movimiento popular
Las valoraciones sobre la situación del euskara
El daño causado hay que repararlo con un proceso definitivo en el que el modelo D debe ser el único y con los medios necesarios para avanzar en la euskaldunización
Desde mi condición de euskaldunberri, parcialmente alfabetizado en los euskaltegis y aún sin capacidad lingüística para la escritura, rodeado constantemente de variadas alternativas en cursos formativos u ocupacionales en cas- tellano y anecdóticamente con alguna oferta en euskara; me quiero revelar contra las encuestas lingüísticas y contra quienes de forma absolutista interpretan las necesidades del euskara, de los euskaldunes alfabetizados, de los euskaldunzaharrak, de los casi euskaldunes, de los ikastoleros, de las imitaciones a los otros herrialdes de Euskal Herria y el olvido de las iniciativas locales.
No niego que sea necesario hacer un balance de lo planificado y de los resultados, pero con propósito de la enmienda, poniendo los recursos económicos cada año en los presupuestos de todas las instituciones. Pero las necesidades económicas y medios humanos y materiales para desarrollarlas no son las mismas en cada herrialde; por ejemplo, me gustaría saber lo que se gasta un ayuntamiento euskaldun de Gipuzkoa en el proceso de euskaldunización o de mantenimiento del euskara y lo que se gasta en un municipio de Araba con parecidos habitantes pero en proceso de euskaldunización y con un 15% euskaldun o casi euskaldun. Os pido disculpas a los y las entendidas en la materia lingüística, por los términos utilizados (semieuskaldunes u otras definiciones), pero la gente del pueblo hablamos y entendemos en estos términos básicos.
No voy a entrar a definir las distintas experiencias en el proceso de euskaldunización de cada herrialde, comarca o municipio, aunque he resaltado a con- ciencia las diferencias económicas en dos extremos, porque incluso tendríamos que redefinir el papel de cada herrialde en este proceso de recuperación y extensión de nuestra lengua. Y voy a poner un solo ejemplo ilustrativo. El papel que está realizando el bertsolarismo en la transmisión y fortalecimiento del euskara en la oralidad, no es lo mismo en cada herrialde. ¿Para competir en una txapelketa o/y para desarrollar la destreza oral en el lenguaje? Por supuesto, hay más desarrollos.
Este ejemplo me sirve para enfocar otro instrumento, que en la historia ha valido también como transmisor de la oralidad, me estoy refiriendo al teatro en euskara. ¿Es posible que después de tantos años de lucha por la recuperación del idioma de los vascos y las vascas, el teatro no sea una asignatura obligatoria en la Escuela Pública Vasca y no haya una Escuela Nacional de Teatro en euskara? Pues esa es una tarea de Gipuzkoa, por el nivel y la extensión del conocimiento del euskara, tarea en la cual debemos implicarnos el resto de herrialdes. Este es un pequeño y gran tema que tampoco podemos descuidar.
Hubo una serie de grupos políticos que en la planificación lingüística se plegaron a las exigencias del Estado español en la Escuela Pública Vasca, y lo mismo que en Nafarroa en estos momentos, nos impusieron la zonificación lingüística en base a los modelos A-B-D. En Gasteiz, que es el 80% de Araba en población, se nos impuso el modelo A y, como mal menor, el B, pero la lucha con encierros, ocupación de locales públicos, voluntariado del profesorado y de padres y madres, consiguió que se implantara también el modelo D.
Pero ¿quién pide perdón y paga el daño realizado por el modelo A e incluso del B en Gasteiz, donde durante más de 30 años han seguido formándose alumnos y alumnas en castellano y han odiado el euskara? ¿Cuántos analfabetos en euskara ha generado el modelo A y quién indemniza a los engañados?
El daño causado hay que repararlo con un proceso definitivo en el que el modelo D debe ser el único y con los medios necesarios para avanzar en el proceso de euskaldunización. Ha habido empresas privadas, fundamentalmente de orientación religiosa, que han sido entusiastas seguidoras de estos modelos, aunque hoy por hoy están entrando a aceptar una realidad que incluso es la demanda, pero no olvidemos que han sido centros concertados o privados ayudados de forma generosa y fraudulenta por las instituciones.
No voy a entrar en el papel que han jugado hasta hace pocos años las escuelas del Profesorado de Gasteiz y su entorno geográfico. Tampoco en el funesto papel que han tenido los centros de Educación Permanente de Adultos (EPA), en cuanto a la euskaldunización y a la elección del castellano por la población mi- grante, pero esto también debe ser motivo de análisis y reparación, porque los casi euskaldunes, euskaldunberris y euskaldunzaharras, tenemos derecho a la formación permanente.
Se habla de reparación de las víctimas, pero no se quiere hablar del genocidio lingüístico de este pueblo, de su lucha por recuperar el euskara en unas condiciones de diglosia insoportable, que aún permanece como una losa encima de nuestras cabezas, de la opresión lingüística... algunas veces trato de explicar a mis hijas euskaldunes lo que esto significa y no lo entienden del todo.
Hemos pagado grandes sumas de dinero por aprender euskara los adultos, hemos empleado casi todo nuestro tiempo libre para esa tarea tan importante para sentirte parte de Euskal Herria, hemos conseguido que en las instituciones algunos trabajadores reciban clases gratuitas, pero nos toca ahora a nosotros y nosotras, después de más de 30 años, ejercer el derecho a aprender el euskara de forma gratuita para todos los adultos, y que nadie nos hable de crisis, porque es una vergüenza el ridículo dinero que se ha invertido en este pueblo en el proceso de euskaldunización. Creo que hemos formado profesionales de la enseñanza de adultos suficientes, en AEK,en IKA, etc. para continuar una labor de alfabetización y de enseñanza de adultos y adultas, que se puede multiplicar por el enorme número de parados y paradas actualmente existentes.
Como veis, termino este pequeño análisis con algunas propuestas, pero el panorama que tenemos es muy extenso, puede ser ilusionante y tiene que ser revolucionario; si queremos que personas como yo puedan escribir en euskara y seamos verdaderamente el pueblo del euskara, es necesario trabajar duro y con el convencimiento de que ganaremos.