Una patrulla motorizada de dos milicianos de las Unidades de Defensa Popular kurdas recorre los senderos montañosos de la región de Efrin cercanos a la frontera turca. Su misión es evitar que contrabandistas y cualquier persona traspase de forma ilegal a territorio turco. El Partido de la Unión Democrática, que controla y gestiona esta región kurda desde hace dos meses, tras la retirada del régimen, ha extremado la vigilancia de la zona fronteriza tras las recientes amenazas de Turquía.

«Queremos impedir que nadie salga y entre a Turquía para evitar que Ankara pueda decir que el PKK lanza ataques desde nuestro territorio», comenta Bdran Ciakurd, máximo dirigente del Movimiento Democrático Popular de Kurdistán Oeste (TEV-DEM) -organismo paraguas del PYD y otras organizaciones afines al PKK-, en la región de Efrin.

Las palabras del dirigente kurdo se producen tras la reciente visita a Estambul de la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, donde declaró que «Siria no debe convertirse en santuario para los terroristas del PKK». En la reunión que mantuvo con el ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, Clinton mostró su inquietud ante la posibilidad de que «el PKK y Al Qaeda se aprovechen de la lucha legítima del pueblo sirio para favorecer sus propios intereses». Ambos defendieron el «derecho turco a intervenir en Siria si siente amenazados sus intereses».

En este sentido, el Ejército turco realizó el pasado martes nuevas maniobras cerca de la frontera siria. La 5ª Brigada blindada de Gaziantep desplazó al punto fronterizo de Öncüpinar, cerca de Kilis, un importante número de tanques y vehículos blindados de transporte de tropas.

Salvaguardar la revolución

Ante la posibilidad de que Ankara pueda amenazar la revolución y el momento histórico que se está viviendo en Kurdistán Oeste, Saleh Mohammed, máximo dirigente del Partido de la Unión Democrática, ha afirmado recientemente que «el PYD no tiene vínculos naturales con el PKK» y que «estaría dispuesto a reunirse con Ahmet Davutoglu para asegurarle que la región kurda en Siria controlada por el PYD no representará ninguna amenaza para Turquía». El político kurdo ha «garantizado que no habrá ningún disparo desde su territorio hacia Turquía».

Aunque los vínculos entre PYD y PKK son más que evidentes, la formación política es consciente de la importancia de preservar la cuota de autonomía conseguida y de seguir controlando las zonas kurdas de Siria. Por eso ha evitado en todo momento que la guerrilla establezca bases en su territorio y ha armado a civiles para que formen las Unidades de Defensa Popular.

En este mismo sentido se ha expresado el comandante del PKK de origen sirio, Bahoz Erdal, al asegurar que «la guerrilla hasta el momento no ha interferido en la cuestión siria». El alto mando ha manifestado que «el PKK apoya la revolución del pueblo sirio y sus aspiraciones de libertad y democracia».

A pesar de esta actitud conciliadora, los principales actores políticos de Efrin se muestran críticos con la amenaza turca sobre una posible acción militar en Kurdistán Oeste. «Con sus aires expansionistas Turquía quiere rememorar la época del Imperio Otomano y por eso aspira a controlar Siria y Líbano», cuenta Bdran Ciakurd. «Para dinamitar Siria, el Estado turco fomenta las guerras étnicas, especialmente entre kurdos y árabes», explica el dirigente del PYD.

En la misma línea se expresa Kamiran Hasan, responsable del Partido Kurdo del Progreso Democrático en Efrin, formación integrada en el Consejo Nacional Kurdo. «Rechazamos cualquier ataque y las palabras de Erdogan porque lo contemplamos como un vecino. Si realmente es un hombre con convicciones democráticas debe reconocer los derechos de los kurdos en Turquía», defiende. «Antes de intervenir en Siria debe realizar reformas interiores focalizadas especialmente en los kurdos», indica Hasan.

Más de 5.000 guerrilleros de la región de Efrin, en la que el PKK cuenta con un amplio apoyo popular, han dado su vida por la causa kurda desde el inicio de las hostilidades con Turquía, en 1984. Hanif Sido, miembro de la asociación de familias de mártires del PKK en Efrin, comenta que están «contentos con la revolución porque la sangre de los mártires ha servido para algo». En este sentido, apunta que «no estamos asustados con el movimiento de tropas porque es nuestra tierra, tenemos el derecho sobre ella y la defenderemos».

Ibrahim Arif, político independiente del KNC, advierte que «con esta estrategia Turquía quiere preparar la entrada de las tropas de la OTAN en Siria». Según su opinión, la amenaza turca sobre Kurdistán Oeste tiene como objetivo «enseñar músculo ante los diferentes grupos opositores que intervienen en Siria».

El miembro del KNC advierte que la interferencia de Ankara en la cuestión kurda de Siria es más peligrosa tras la caída de Bashar Al-Assad. «Si la revolución triunfa, Turquía querrá cobrarse su activo apoyo al Ejército Libre de Siria y al Consejo Nacional Sirio. Es entonces cuando presionará al futuro Gobierno sirio para que no se reconozcan los derechos de los kurdos y se minimice nuestra voz. Debemos estar preparados para luchar cuando llegue ese momento», concluye el político.