Es una frase que se ha repetido esta semana en todas las salas de prensa. Candidatos al título, aspirantes a competiciones europeas o condenados a pelear por la permanencia, técnicos y jugadores insisten en la importancia de comenzar la temporada con buen pie. Osasuna no es una excepción. En la misma línea de lo expresado los días previos por sus futbolistas, José Luis Mendilibar también subrayó ayer su deseo de empezar «con fuerza» y «a tope».

No es una cuestión exclusiva de sensaciones, sino de números. Aunque la importancia de esos primeros pasos se deje notar, precisamente, en la moral o el desánimo que se desprende, según toque, de los puntos que se suman o se pierden en las primeras jornadas; en la tranquilidad o en la presión con la que trabajan los equipos cuando la temporada va quemando etapas. Lo cierto es que la experiencia demuestra que, salvo contadas excepciones, si no las posiciones definitivas, el primer tramo de la competición sí marca la zona en la que van a moverse los equipos.

De ahí la claridad de Mendilibar. «Trataremos de empezar sumando. Estamos donde tenemos que estar, al cien por cien. Y si no lo estamos es por culpa nuestra. No vale decir que no vamos a empezar al cien por cien y decir que vamos a coger el ritmo para Navidades. Tenemos que empezar fuertes -subrayó-. Hay que jugar los noventa minutos del primer partido a tope, no valen excusas. Generalmente quien las pone es el que pierde», advierte el técnico rojillo, que también quiere marcar el cambio de página. La función de la pretemporada es la puesta a punto -algo con lo que el zaldibartarra parece satisfecho-, no la de acumular victorias. También en este caso, los bolos veraniegos, con resultados incluidos, se quedan en el terreno de las sensaciones. Infinitamente mejor si son buenas porque la confianza es un factor que siempre hay que intentar tener de cara, pero que no tienen nada que hacer frente a lo que arranca esta tarde. «Se han acabado los amistosos y las pruebas y ahora empieza lo serio. Valen los tres puntos y trataremos de empezar sumando», insistió.

El ritmo del partido

El problemilla radica en que ese discurso no es exclusivo de los iruindarras, lo que equilibra las motivaciones. Que incluso pueden ser más intensas en el caso del Deportivo, para el que el encuentro no solo supone el inicio de una nueva temporada, sino también de una nueva etapa en Primera. Y que no parece, no al menos a Mendilibar, el típico recién ascendido resignado a sufrir en la zona humilde de la clasificación. El técnico rojillo asegura esperar un buen equipo, que «trata de jugar. Quizá no tiene demasiado ritmo, pero sí es un equipo cuidadoso con balón. Hay jugadores con libertad que te pueden sorprender en cualquier momento. Te pueden sorprender también por detrás y por las bandas, son gente que llega arriba».

«Tiene la base del año pasado -añadió- y el modelo de juego. Han subido de forma holgada y yo creo que es un equipo de Primera, que sufrió un traspié y ha estado un año en Segunda. Supo solventar muy rápido el traspié y eso no es fácil».

Frente a las virtudes del conjunto blanquiazul, Mendilibar confía en que «nosotros pongamos el ritmo de juego y que sean ellos los que tengan que jugar a nuestro ritmo, más que nosotros al de ellos». Y, sobre todo, espera a un Osasuna «que juegue a lo que queremos jugar. A jugar en campo contrario y a dar la cara».

En este sentido, y pese a asegurar que no le disgustó el rendimiento de su equipo como visitante la pasada campaña -«no hicimos mala temporada fuera; si lo hacemos mejor, nos salimos de la tabla», aseguró-, sí admitió que «a veces no somos así fuera de casa y estamos a verlas venir y nos hemos conformado con un resultado. Eso es lo que no quiero ver».