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Crónica | Primera matinal

Los txikis se suman a la marea festiva

Los txikis se rigen por costumbres. No entienden de cambios bruscos y en la primera matinal de Aste Nagusia sus hábitos se vieron alterados. El que era un espacio de juego ya no lo era y fueron desplazados al que conocen como el parque de los patos. Les costará asumirlo y quieren que los mayores lo sepan.

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Agustín GOIKOETXEA

Los cambios a golpe de decreto tienen sus consecuencias, insignificantes al parecer para quien se rige por los encuestas de opinión y el marketing político. Un ejemplo simple se vivió ayer en la plaza Moyúa cuando la comparsa de gigantes y cabezudos marchó Gran Vía abajo hacia el recinto festivo para reencontrarse con Marijaia y, para sorpresa de muchos, por la misma arteria principal circulaba un tren txu-txu que, repleto de txikis, viajaba con destino al «paraíso» de los hinchables, donde ya había sido «depositado» el personaje emblemático por antonomasia de las fiestas.

A las 11.00, hora fijada para la inauguración  del nuevo Txikigune, en el parque de Doña Casilda, eran más los veteranos que acudían a La Pérgola a ocupar silla para disfrutar de las bilbainadas del mediodía quienes optaban sin rubor a la oferta infantil. «Podemos venir aquí», comentaba a sus compañeras una mujer con más de siete décadas de vida a sus espaldas.

Los txikis eran minoría en el paseo de Anselmo Clavé, donde la comitiva oficial, que marchaba al ritmo de Batukale, inauguraba el nuevo espacio. Al frente, la pregonera, Viginia Berasategi; la txupinera, Nerea Orizaola; y la concejal delegada de Fiestas, Itziar Urtasun, junto a otros compañeros de Corporación y comparseros. Orizaola lanzó al menos dos txupines arropada por sus compañeros de Zaratas.

Más de uno de los que aguardaban cola para acceder a las actividades –que no eran muchos al inicio– fruncieron el ceño por el ritmo caribeño de los encargados de dar el pistoletazo de salida. Con el paso de las horas fueron cientos las niñas y niños que se acercaron, una vez que cayeron en la cuenta del cambio.

Los defensores del traslado argumentan que la opción del parque de Doña Casilda «evitará la sensación de agobio», aunque resulta exagerado, y así lo deben confesar, que 1.500 árboles protegerán del sol a los niños y niñas que acudan. Sí hay que reconocer que para los amantes de los hinchables es un paraíso, gracias a la colaboración de diferentes empresas privadas, y que no hay las apreturas de los muelles de Ripa y Uribitarte.

Una primera área es Karolina Gunea, en el entorno del habitual parque infantil de Doña Casilda, donde se ubica la oferta de 0 a 6 años. Txipiroi Gunea es, sin duda, la más atractiva para aquellos de 7 a 12 años, con hinchables, futbolines, ping pong, taller de maquillaje y percusión, juegos y mini golf, por citar la extensa oferta. El horario hasta el domingo será de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.00.

Oferta comparsera

Conscientes del déficit que la decisión municipal iba a generar en el recinto festivo, Bilboko Konpartsak decidió no dejar huérfanos a los txikis que se sienten cómodos a la orilla del Ibaizabal. Por ello, al margen de los que adentraron en el Casco Viejo delante y detrás de gigantes y cabezudos, hubo alternativas en los muelles sin necesidad de abandonar el olimpo festivo de Marijaia.

En Ripa, por ejemplo, un espacio al que las comparsas no están dispuestas a renunciar, se instaló una escuela de skate, donde monitores impartieron conocimientos a quienes se acercaron. Los más pequeños optaron en el muelle del Arenal por los hinchables en el espacio delimitado por Satorrak, Altxaporrue y Txinbotarrak, mientras en Kaskagorri, en el marco de unos talleres, participaron en la iniciativa ‘‘Una postal, una sonrisa’’.

A unos metros, en el entorno de los montajes de Txomin Barullo y Mamiki, los de Goloka hicieron las delicias de pequeños y mayores con los animales de un particular circo, en el que un monstruo de Tasmania rosado escapaba de la que se pretendía sólida jaula mientras monos cabalgaban sobre avestruces y un oso circulaba en una bici.

Bajo los árboles del Arenal, que también los hay a la altura de la txosna de Mekauen, se desarrolló un taller infantil de txalaparta y los más clásicos se refrescaron en otra calurosa matinal en la piscina de Kaskagorri.

A partir de hoy llega la eclosión en la oferta comparsera orientada a los txikis, con talleres a uno y otro lado de la Ría en horario matinal y vespertino, además de hinchables, rocódromo, actuación de Irrien Lagunak en Kulturgune a partir del mediodía, seguida por el taller de talo de Aitor Aurrekoetxea. Txan Magoa estará a las 13.15 en Algara y los amantes de la espuma acudirán a Txomin.

 

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