Lonmin, la empresa británica que explota la mina de platino de Marikana cuyos trabajadores en huelga fueron masacrados el jueves por la Policía sudafricana, ha ordenado a mineros huelguistas volver al trabajo hoy. a volver al trabajo el lunes. «El ultimátum ha sido aplazado hasta el lunes 20 tras los acontecimientos del jueves y da a los empleados una última oportunidad de volver al trabajo o enfrentar un posible despido», anunció la compañía.

Sin embargo, la mayoría de los huelguistas han rechazado el ultimátum y se muestran dispuestos a continuar con su movilización, que ha provocado la ya muerte de 44 personas, 34 de ellas el pasado jueves por disparos de la Policía.

En declaraciones a AFP aseguraron su intención de seguir en huelga porque no creen que su situación vaya a empeorar si son despedidos. «Lonmin dice preocuparse por nuestro bienestar, pero hasta ahora se ha negado a hablar con nosotros y ha enviado a la Policía para que nos mate», afirmó Thapelo Modima, 46 años. «Nos van a enviar también al hospital o a la morgue», se preguntó.

«La gente está muerta. Estamos enfadados. Si volvemos al trabajo sería como si hubieran muerto en vano», señaló Fezile Magxaba, un capataz de Marikana, mientras hacía la colada en un grifo comunal.

Los mineros, que ganan unos 4.000 rands (400 euros) al mes, exigen 12.500 rands (1.250 euros), más del triple de su salario.

El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, declaró una semana de luto oficial por la masacre de 34 mineros en Marikana. Antes de su anuncio, las críticas por su pasividad en esta crisis eran generalizadas.

Funerales, el jueves

«Las banderas ondearán a media asta desde el 20 al 26 de agosto», detalló un comunicado oficial que apuntaba al jueves, día 23, como «el día oficial para la celebración de los funerales y para promocionar una sociedad libre de violencia».

«La nación se encuentra conmocionada y dolorida», aseguró.

El protagonista en los medios ayer era el exlíder de la liga juvenil del Congreso Nacional Africano (ANC), Julius Malema, que el sábado se reunió con los huelguistas, rechazando toda protección policial. Acusó a Zuma de ser responsable de la masacre y pidió su renuncia.«Zuma no está interesado en los mineros», sostuvo. Descontento por ver cómo se incrementaba el paro, la pobreza y la desigualdad 18 años después de la caída del apartheid, Malema reclamó en más de una ocasión la nacionalización de las minas y la expulsión, sin compensación, de los grandes propietarios blancos.