China urgió ayer a Japón a poner fin a las acciones que buscan violar su «soberanía territorial» y se opuso «firmemente» al desembarco que ayer realizó un grupo de activistas nipones en las islas Diaoyu (Senkaku, según Japón), que ambos países se disputan y que es causa de la escalada de tensiones entre Beijing y Tokio. El gigante asiático presentó quejas formales al respecto al embajador japonés en China.

Una decena de activistas nipones desembarcó ayer en las islas para reafirmar que están bajo soberanía japonesa, aunque Tokio insistió en que esta actuación no fue autorizada y que se trata de un asunto «interno».

Los activistas viajaban con una flotilla que partió la víspera desde Okinawa para celebrar un homenaje a los fallecidos en esas aguas en un ataque de EEUU en 1945. En la flotilla viajaban también varios parlamentarios que habían solicitado autorización a Tokio para desembarcar, permiso que se denegó para preservar la estabilidad.

El desembarco se produjo a pesar de que Beijing instó el sábado al japonés a «parar inmediatamente» el viaje de la comitiva, y después de que esta se- mana se elevara la tensión tras la detención por Japón de 14 activistas chinos que también desembarcaron en el archipiélago.